Por Abril Peña
Durante meses los Estados alrededor del mundo han estado probando cuál método implementar para el regreso a clases de los niños, lamentablemente aún con todas las medidas de distanciamiento en la mayoría de los casos el incremento en el contagio es de espanto, llevando a todos preguntarse si vale la pena el riesgo por no perder un año escolar.
Afortunadamente aún con sus bemoles hoy estamos mejor equipados que cuando atravesamos la gripe española hace ya más de 100 años, ahora disfrutamos del uso de tecnologías que permite que nuestros niños tengan acceso a educación aunque tal vez por estar en pañales tengamos muchos tropiezos en el camino.
Ayer en República Dominicana nuestras autoridades informaron al país que el año escolar iniciará en el último bimestre del año y que además la misma será desde nuestros hogares y a través de medios tradicionales de comunicación, a diferencia del corre corre que vivimos entre marzo y julio ahora tenemos tiempo para prepararnos lo mejor posible y según nuestras posibilidades, este reto que no sólo incumbe al Estado, si no, que necesita de la participación de los maestros, los padres y los mismos niños.
El rol del maestro y de la escuela pierde algo de valor y el de los padres adquiere preponderancia aunque lamentablemente también la adquiere el poder adquisitivo de los mismos, puesto que a mayor acceso a recursos, mejores soluciones tecnológicas, de espacio, de cuido y de conectividad dispondrán sus infantes.
Ahora bien este rol estará determinado por la prioridad que den los mismos a la educación y al tiempo que le dedicarán a sus hijos teniendo en cuenta que todo mundo estará a la vez trabajando, por lo que planificación y la coordinación familiar en torno a esta meta será determinante.
El coronavirus irrumpió en la vida cotidiana modificando nuestras rutinas, los niños están en casa pero no se trata de vacaciones así que llegamos al punto de preguntarnos ¿Cómo pueden hacer los padres para ayudar con la educación a distancia? Lo primero es aprender lo más posible sobre las aplicaciones y entornos educativos virtuales, porque si bien suelen ser sencillos cada plataforma educativa tiene su diseño.
Una vez que conoces el funcionamiento es momento de acomodar horarios y rutinas en casa, estudiar de manera remota exige disciplina y responsabilidad y hay que ayudar a los niños a entender que no es tiempo para chatear y navegar, esto lo conseguimos con conversaciones honestas, organizando su tiempo y destinando un lugar específico en el hogar donde esté todo lo que necesitan para el buen desenvolvimiento y reducir al mínimo los paseos “buscando” materiales, pero sobre todo con mucha paciencia sabiendo que no lo conseguiremos en un día.
Otra manera de ayudar a los niños es ayudándolos a ganar independencia,y responsabilidad en especial si son niños mayores, si bien es cierto que necesitarán la ayuda de sus padres lo cierto es que son ellos que deben tomar sus clases, hacer sus tareas, recordar sus fechas de entrega y realizar las consultas que sean necesarias en un horario que respete al maestro puesto que este también tiene una vida al margen de su trabajo, nada de llamar a las 10 de la noche para pedir información. A la larga no sólo se estará enseñando al menor educación formal si no que también aprenderán modales y valores tales cómo: respeto, disciplina, resistencia, independencia y responsabilidad.
Los padres también tenemos que resistir la tentación de interactuar con los maestros solo por que sí, de hacerles las tareas etc., y dejar esos momentos sólo para cuando sea estrictamente necesario .
Las palabras de Luis Felipe López-Calva, director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe resumen bastante bien el rol parental en material educativa en tiempos de pandemia:
Es importante recalcar que el rol de los padres, incluso en cuarentena, no es dar contenido a los hijos«.
«En general, el rol principal debería ser interiorizar y transmitir la importancia del aprendizaje a sus hijos, motivarlos y acompañarlos en el proceso, incluyendo apoyo emocional»