La resolución emitida por el Ministerio de Salud Pública con relación a la muerte materna infantil en República Dominicana no puede verse más que como una burla a la sociedad.
Descubrieron el agua en polvo al describir una serie de fallas en el sistema de salud, que son históricamente conocidas, y que continuamente son denunciadas y que nunca se ha hecho nada al respecto, sobre todo, la de la falta de atención por falta de recursos y seguro.
Lo más pasmoso es que sea hasta ahora que empiece a ejecutar su rol rector y de protección del usuario, ya que es algo que siempre ha estado bajo su responsabilidad y que si ha pasado es por la negligencia del mismo ministerio y de su incumbete.
La principal responsabilidad de esas muertes es del que tiene la labor de supervisar y garantizar que se ofrezcan servicios de salud de calidad, y según su confesión, esa labor no es realizada porque tras años de quedar en los últimos lugares y decir siempre que esos números de muertes eran porque recibimos muchas inmigrantes haitianas en pésimo estado de salud, más adolescentes embarazadas en la misma situación, para venir a «descubrir» ahora que lo que siempre hemos sabido: que «errores», negligencia, falta de preparación y hasta falta de humanidad han sido los responsables de casi 200 muertes entre el sector público y privado por insuficiencia cardíaca.
¿Quién contrató ese personal? ¿Quién lo supervisa?, ¿Quién determina la causa de muertes de esas criaturas? ¿Por qué imponer castigos a los próximos que cometan errores y negligencia y no poner el ejemplo con aquellos que violando su juramento hipocrático no tomaron las medidas que se supone que aprendieron en la universidad y que en el caso del pago para ser atendidos están en la ley?
Otro caramelo para entretener, mientras el sistema de salud sigue hundido en el abandono y la falta de recursos.
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