Antes escuchar de un caso de suicidio era algo sumamente raro en nuestro país, pero últimamente los mismos parecen ir en escalada y peor aún, en gente tan joven que hace que nos preguntemos; ¿Qué puede estar pasando para que en la época que se supone que un ser humano este lleno de sueños y energía, los mismos estén perdiendo las esperanzas y las ganas de vivir?
Los casos más sonados en la última semana son: los de la joven venezolana que se arrojó de un noveno piso y gracias a una cámara pudimos ver el estado de desesperanza en el que vivía y la joven de apenas 21 años que supuestamente se lanzó al mar llevando a su hijo de 4 años consigo, dejando a una familia boquiabierta al no haber dado señales de depresión de ningún tipo, hubo otro no tan sonoro de un joven también en las veintenas que se suicidio por una deuda.
Vivimos en una sociedad, profundamente traumada, violenta y necesitada de apoyo, vivimos en un continuo trajinar, que nos envuelve y que no nos deja espacio para gritar por ayuda, tal vez porque sabemos que nadie va escuchar…todos estamos en la misma lucha.
La salud mental de los dominicanos es una tarea que aún queda pendiente en nuestro sistema de salud, recibir apoyo Psicológico o Psiquiátrico no debería ser un lujo, pero lo es. Las consultas tienen precios prohibitivos, los seguros rara vez las cubren y un tratamiento tiene el costo de varios sueldos mínimos.
La falta de los centros de atención primaria, la falta revisión de los servicios que ofrecen los negocios de la salud, por que eso es lo que son los seguros médicos, en fin la falta de políticas públicas en salud mental, están empezando a hacer mella y se nota en la cantidad de suicidas, pero también en la cantidad de muertos en hechos violentos provocados por causas insignificantes que encuentran terreno fértil en mentes febriles y necesitadas de urgente auxilio.
Haría bien el Estado dominicano en poner su lista de prioridades la salud mental del pueblo dominicano.
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