La denuncia de Faride Raful puede ser verdad o no, pero algo es cierto, la respuesta ha sido desproporcionada, para alguien que aún con su segunda intención no está haciendo más que su trabajo.
No hay mejor respuesta que dar el frente a cualquier acusación, pero la respuesta de los diputados y de muchos dirigentes del PLD es desproporcionada y rallan en la falta de respeto. Si violentan el orden parlamentario, hay otras maneras de llamarla a capítulo.
La Cámara de Diputados forma parte de el primer Poder del Estado y entre sus funciones tienen el deber de fiscalizar y el que nada debe, nada teme.
El Presidente Medina ha hecho de la transparencia uno de los ejes transversales de su gobierno y mal hacen sus acólitos respondiendo como animales salvajes lo que puede hacerse desde la razón y con números.
Si Faride miente o no, poco importa, ya ganó el pleito mediático.