El Pregonero, Nueva York.- – Un año después de la implementación de la Ley Local 18 (LL18) sobre alquileres a corto plazo, la ciudad enfrenta consecuencias inesperadas. Mientras que la normativa prometió abordar la crisis de vivienda asequible, los datos recientes indican un aumento en los costos de alojamiento para los viajeros y un impacto nulo en la disponibilidad de viviendas a largo plazo.
Aumento de Precios para los Viajeros
Desde la entrada en vigor de la LL18, los precios de los hoteles en Nueva York han experimentado un aumento del 7,4% en el último año, en contraste con el incremento del 2,1% a nivel nacional, según datos de Costar. Este aumento en los costos de alojamiento ha generado una barrera económica para los viajeros, quienes ahora enfrentan tarifas significativamente más altas en la ciudad.
Sin Impacto en el Mercado de Vivienda
Contrario a las promesas de la ley, la situación en el mercado de alquileres a largo plazo no ha mostrado mejoras significativas. Las rentas en Nueva York han subido un 3,4% en los primeros 11 meses de aplicación de la LL18, con el precio medio de alquiler en el centro de Manhattan alcanzando un récord histórico de 5.000 dólares. Además, las tasas de vacantes en la ciudad se han mantenido estables en un 3,4%, sin los cambios prometidos en la oferta de vivienda.
Desigualdad en el Impacto Regional
La normativa ha tenido un efecto desproporcionado en los barrios periféricos, donde la reducción en la oferta de alquileres a corto plazo ha limitado las opciones de alojamiento para los visitantes. En contraste, el centro de Manhattan sigue concentrando la mayoría de los hoteles.
Las áreas como Brooklyn y Queens, que anteriormente contaban con una mayor proporción de anuncios de Airbnb, han visto una disminución en el número de opciones para turistas, afectando el gasto y la actividad económica local.
Reacciones de la Comunidad y el Sector
Theo Yedinsky, Vicepresidente de Políticas Públicas de Airbnb, comentó: “Las regulaciones de alquiler a corto plazo de la ciudad de Nueva York han sido contraproducentes. Han afectado desproporcionadamente a las comunidades de los barrios periféricos, aumentado los costos de los viajes y no han resuelto la crisis de la vivienda. Estas regulaciones han puesto precio a los consumidores de a pie y han dejado a los antiguos anfitriones luchando por llegar a fin de mes”.
Randy Peers, Presidente y Director General de la Cámara de Comercio de Brooklyn, agregó: “La realidad ha supuesto un importante revés para el turismo y la economía local de Brooklyn, sin el aumento prometido de la disponibilidad de viviendas de alquiler.
Esperamos que el Ayuntamiento revise cuidadosamente la ley para apoyar a los propietarios locales y al desarrollo económico de las comunidades de los barrios periféricos”.
Manuel Lebrón, Consejero Delegado y Fundador de la Cámara de Comercio Domínico Americana, subrayó: “La Ley Local 18 ha favorecido a las grandes empresas a expensas de los residentes de clase media y las pequeñas empresas locales.
Con el aumento de los precios de los alquileres y muchas familias que dependen de los alquileres a corto plazo para obtener ingresos suplementarios, la ley ha creado tensiones financieras para los anfitriones individuales y una disminución de los ingresos para las empresas locales que prosperan con el turismo”.
Un Camino Alternativo: Reevaluar la LL18
El ex concejal Ben Kallos, patrocinador del proyecto de ley, reconoció que las familias que alquilan espacios no deberían estar “preocupadas”, una afirmación que ha demostrado estar lejos de la realidad. Theo Yedinsky concluyó: “Es hora de que la ciudad de Nueva York reevalúe la LL18 y considere enmiendas que permitan a los propietarios volver a alojar huéspedes. Un modelo más equilibrado puede aumentar la oferta de alojamiento para los consumidores, apoyar a los anfitriones residentes y revitalizar los negocios locales, garantizando que la normativa apoye el crecimiento económico y de la comunidad”.