Las redes sociales son una maravilla, pero también permiten que todos digamos cualquier cosa que nos venga a la cabeza y opinemos sobre cualquier tema, pero si el tema o el organismo en cuestión está sumergido en el descrédito, entonces el desorden informativo si es que a eso se le puede llamar información es aún peor.
La Suprema ha enviado a jurisdicción ordinaria a la mayoría de los acusados en el caso Odebretch, y lo ha hecho no obedeciendo a un capricho, si no a lo que dice la ley, la jurisdicción privilegiada está establecida en la misma para ciertos cargos y dice de manera taxativa cuáles son, pero los dominicanos nos caracterizamos por saber mucho de todo y de nada y ahora todo el mundo es abogado.
No se debería opinar sobre lo que no se sabe, y mucho menos desear que la ley se adapte para atrapar a culpables favoritos aconsejados por un populismo judicial que si bien hoy no le toca a ninguno de los opinadores profesionales mañana quien sabe.
La ley es la ley y hay que cumplirla, exigir lo contrario, no solo es de tontos, si no afilar cuchillo para nuestra propia garganta.