Hasta luego maestra de blanco y azul

Por El Pregonero

Por: Evaristy Jiménez.

En los primeros días del otoño le decimos hasta luego al icono del Socialismo Democrático en República Dominicana, en materia de formación de dicha doctrina en la nación caribeña.
El Domingo 11 de octubre nos dejó la maestra, la amiga, la política, la profesora, la esposa, la madre, y la abuela, Yvelisse Prats Ramírez de Pérez, un ser sumamente especial en su dilatado paso por este mundo tridimensional de Euclides, hija única del matrimonio de Francisco Prats Ramírez y Consuelo Martínez, a pesar de que su padre era una figura en el trujillismo, eso no impidió que la inquieta joven inspiré sus primeros versos contra el tirano y su régimen.
Doña Yvelisse es un símbolo de la tenacidad del esfuerzo y el trabajo incansable, una verdadera representante de la mujer dominicana, madre de seis hijos, de dos matrimonios, un ser de luz y que impregnó de sabiduría y conocimientos a todos los que de alguna manera pudimos beber de la fuente de sus enseñanzas.
Es la primera mujer en dirigir un partido mayoritario en todo el continente Americano,  su trabajo como política es gratificante tanto en  las labores de Diputada al Congreso, como en su faceta de fusionaria pública, en la Secretaría de Estado de Educación y Cultura, de la República Dominicana, en el gobierno de Salvador Jorge Blanco. Fue  una luchadora por la igualdad sin dejar de ser mujer comprometida con los valores familiares, la maestra es sinónimo de los mejores intereses democráticos de nuestro país.
Es la maestra de Blanco y Azul por ser estos sus órganos de militancia en toda su carrera política con Peña en el Glorioso PRD del 05 de Julio y con la nueva plataforma del PRM, la Directora de la escuela de cuadros y de formación política de siempre, lúcida hasta el último momento de sus días y que están claramente plasmados en sus cinco twitter del 19 de Junio de este año 2020 que dejan claro sus ideas de combate y que la mejor herramienta para luchar en este siglo XXI es el de la formación.
Hasta luego querida maestra, estamos obligados a dejar un legado de amor y de acciones favorables para una mejor sociedad y poder retirarnos de este mundo de la misma manera que lo has hecho, con la frente en alto y dejando una estela de bienestar por todos los seres que tocaste con tu agradable sonrisa y tu don de gente, para servir como nos enseñaste con el único fin de servir.

Relacionadas