Esmeralda Richiez: un caso empañado por el apresuramiento de las autoridades
Por Yanery del Carmen Trinidad Valdez
La verdadera causa de la muerte de la adolescente de 16 años, Esmeralda Richiez Martínez, todavía sigue permaneciendo como una incógnita para todo el mundo.
Es un caso que despertó el interés de casi toda la población dominicana desde que se destapó el suceso. Y desde entonces, se han formulado y emitido diversas versiones que, hasta el día de hoy, ninguna ha sido confirmada. La procedencia de su muerte ha sido atribuida a un infarto, un aborto inducido e incluso debido a un desgarramiento por relaciones sexuales violentas, aunque todas sin ningún tipo de respaldo contundente que lo afirme.
Todas estas versiones, sumando las declaraciones que han manifestado parientes y allegados de la joven fallecida, así también como informes forenses, han provocado que se genere un malestar e incertidumbre entre todas las personas que hemos seguido el caso desde el primer momento.
Aparentemente, el evidente interés que ha puesto la sociedad dominicana en el caso ha provocado que las autoridades y supuestos “testigos” accedieran a realizar declaraciones inmediatas, sin haber hecho estudios profundos y reflexiones suficientes. Esto no ha provocado más que una gran confusión, y disminución de la credibilidad de cada una de las versiones que nos han proporcionado.
Entonces, he aquí la pregunta, ¿por qué abrumarnos con tantas declaraciones? La elección más sabia sería investigar prudentemente, corroborar con pruebas sustanciales y darnos respuestas infalibles. La sociedad no quiere una historia a medias o retazos de lo que habría sido, sino lo que verdaderamente sucedió para brindarle justicia a esa joven que perdió su vida a su corta edad.