El voto preferencial y el método de D’Hondt: la herramienta expedita de entrada al poder

Por pregoadmin

El voto preferencial y el método de D’Hondt, en vez de ser la cura de un mal consuetudinario en los partidos políticos al irrespeto a la elección de las bases, pero también al trabajo de los dirigentes en la elaboración de los listados de congresistas, alcaldes y regidores a presentarse en cada elección, se han convertido en la herramienta expedita de entrada al poder, puesto que el paga gana, permitiendo autoridades variopintas: banqueros, empresarios, sindicalistas, artistas, en resumen, todo un rosario de profesiones que poco o nada aportan al ejercicio de la cosa pública.

La combinación del sistema y el método produce distorsiones como de candidatos con 13 o 14 mil votos que no pasan mientras otros con 1,500 votos consiguen una curul, por obra y gracia de una operación matemática maldita que respeta todo, menos la voluntad dizque libérrima del elector.

Pero el tema es aún peor, competir a lo interno, luego entre los mismos tuyos y los opositores, convierten la puja en una pelea de gallos sangrienta, que sumado al populismo reinante en un país con muchas necesidades y poco prurito en la mayoría de la población para aceptar cualquier prevenda, hace que aspirar a lo que sea cueste millones de pesos, dinero que no hay forma de recuperar. 

No son todos los que tienen sus manos sucias, dejando de lado aquellos que se están «limpiando» pecando de ingenuos, podríamos aceptar incluso que muchos otros sólo aceptan recursos y que lo hacen de buena fe, pero lo cierto es que los escogidos por voto popular que le deben su puesto sólo y únicamente a su trabajo y liderazgo son pocos.

Está llegando la hora de que busquemos una forma de escogencia menos onerosa, que los partidos y la JCE se les dote por ley de herramientas que les permita investigar y filtrar a los precandidatos, porque en justicia aún sospechando y queriendo limitar su participación, la ley después de emitido un certificado de buena conducta no les permite mucha cancha para limitarles.

Mientras acostumbrémonos al escándalo, porque muy posiblemente ahora es que el circo apenas comienza. 

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