Por Lic. Manuel Cruz (M.Sc.)
Tendría que ser un enajenado mental, un invidente o un mediocre aquella persona que quiera desconocer la gigantesca transformación que han propiciado los gobiernos encabezados por el Partido de la Liberación Dominicana en el país. La metamorfosis ha sido tan profusa que cualquier dominicano que tenga 20 años fuera del país; si llega solo al aeropuerto no sabría hacia dónde dirigirse. Sin embargo, muchos dentro del PLD olvidaron las causas por las que el pueblo votó por Hipólito en el año 2000. Y, desgraciadamente esas obras antropocéntricas han sido recibidas junto a una inconmensurable arrogancia, una pletórica petulancia y una gran percepción de burla.
La Percepción es la Realidad.
Decía el maestro de maestros y padre de la consultoría política el gran Joseph Napolitan, “que la percepción es más importante que la realidad”. Por tal razón, fundamentaba su tesis arguyendo que “si los votantes creen que el candidato X es un hombre honesto éste puede robarles sus carteras y salir bien librado; pero, si creen que el candidato Y es un ladrón sería inútil que cuatro cardenales y 16 obispos testifiquen a su favor”.Esa premisa infalible, es la explicación inequívoca de la incredulidad con la que miles de dominicanos recibieron la profusa y atiborrada obra de gobierno presentada por el presidente el pasado 27 ante el Congreso.
Desde esa perspectiva, es ilógico y displicente ver a funcionarios del gobierno o dirigentes del PLD actuar como individuos acéfalos o como Osiris dominicanos. Máxime, olvidando que como la política es una guerra con cualquier elemento de ella se pueden ganar las batallas. Además, ignorando el aforismo planteado por el poeta y escritor chileno Roberto Bolaño de que, “la gente ve lo que quiere ver y lo que quiere ver no siempre es la verdad”. En ese sentido, lucen perdidos y sin línea recta; aferrados a la táctica reactiva y ajenos por completo a la organización y dirección estratégica. Tanto así, que parecería que se aspira a presidir una junta de vecinos.
Compelidos a la Transformación.
Si existiera un espejo que nos pueda decir cuando debemos revisarnos ese sería; cuando aquellos que todo el tiempo fueron tus áulicos y resulta que ahora te critican. Cuando los indoctos comienzan a reflexionar sobre las cosas que dices o haces, cuando aquellos genuflexos que antes se reían de todo lo que decías hoy tus chistes no le generan alegría. Y, cuando aquellos que antes te aplaudían como focas de circo por las canonjías que recibían, ahora con todo y la bicoca se convirtieron en quienes más disienten de ti. Eso solo le puede pasar a un partido cuando sus tácticas están viviendo en la provincia La Altagracia y,sus estrategias en la provincia de Elías Piña.
De igual forma, la mayoría de las personas en todos los partidos confunden la autoridad monolítica y vertical del liderazgo con la dinámica horizontal y medible que se necesita en la gestión de una campaña electoral. Por eso, en el momento en el que los líderes necesitan a un colaborador que le muestre con sutileza un accionar errático; aparecen seguidores que prefieren llenar salones para aplaudirles aun cuando saben que la casa se les está cayendo encima. Por ello, obvian lo que dice el escritor estadounidense David Simon que, “un cambio en nuestra percepción e interpretación nos permite romper viejos hábitos y despertar nuevas posibilidades”.
Peleando con su Antítesis.
Si alguien tiene alguna duda sobre estos planteamientos solo tendríamos que responder a las siguientes interrogantes, si hasta sus enemigos más acérrimos reconocen que el PLD ha transformado el país, ¿por qué el candidato aparece por debajo en todas las encuestas? Si el PLD ha construido la obra de gobierno más gigantesca en toda la historia del país, ¿por qué lo amenaza alguien que no ha sido ni siquieraregidor? Si el PLD tiene un colectivo de profesionales brillantes y exitosos, ¿por qué están compitiendo bajo serias dificultades con alguien cuyo único éxito es haber quebrado empresas del patrimonio familiar?
Asimismo, si el PLD está lleno de prominentes líderes a quienes llaman los presidenciables con 40 años de experiencia política, ¿por qué entonces todos juntos tienen menos simpatías que alguien que hace 8 años era un insignificante de la política? Todas esas inquietudes las respondió el maestro Peter Ralston de la manera siguiente, “tu percepción del mundo no es necesariamente la misma que lo que la gente ve que está ocurriendo”. En virtud de ello, estoy convencido de que el PLD tendrá que pelear la guerra de la percepción pues deberá ganar las elecciones de marzo, las de mayo, la posible 2da vuelta y una 4ta que será la percepción de la gente.
Autor: Lic. Manuel Cruz (M.Sc.), Geopolitólogo, Abogado, Catedrático & Comunicador