Es increíble que las luchas internas de los partidos políticos alejen la posibilidad de que este país disfrute de una Ley de Partidos Políticos moderna, que posibilite la fiscalización, la transparencia y la igualdad de oportunidades a los participantes del sistema político.
El espectáculo de mal gusto que se ha dado en estos dias en el Congreso debe llamar a los votantes a reflexionar por quienes votan para que los representen. Los legisladores son eso representantes de los votantes de sus demarcaciones.
¿Los están representando? Ayer; ¿a quien o quienes respondían?
Son preguntas sin respuestas cuando el
proyectos de ley largamente esperados por la población duerme el sueño de los justos, porque un artículo no responde a los intereses de tal o cual grupo.
Mientras tanto que siga la fiesta.