Opinión

Diferencias entre pedagogía y andragogía: Argumentos para oponerse a la fusión de MESCYT y MINERD

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Por Licette Lendeborg


La reciente propuesta del gobierno dominicano de fusionar el Ministerio de Educación (MINERD) con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT) ha generado un debate significativo. Como experta en desarrollo de talento, certificada en áreas como CPTD (Certified Professional in Talent Development), PMP, SAFe, ITIL, PMI-ACP, PSM-1, y con más de 15 años de experiencia en educación ejecutiva en diversas instituciones de renombre, tales como Florida International University (FIU), UDP en Chile, UNIBE en RD, ESAN en Perú, y Miami Dade College Continuing Education, considero que esta fusión no sería beneficiosa. Las diferencias entre la pedagogía, que se enfoca en la educación infantil, y la andragogía, centrada en la educación de adultos, son fundamentales y no deben ser ignoradas.

La pedagogía, como bien describe Elaine Biech en su obra «Training for Dummies» (2005), es un enfoque tradicional de enseñanza centrado en el instructor, donde este último desempeña un rol de autoridad. En el ámbito de la pedagogía, es el docente quien guía a los estudiantes, estructurando el contenido de manera secuencial con el fin de facilitar el aprendizaje de habilidades específicas, generalmente con una motivación externa, como aprobar exámenes.

Las características de la pedagogía incluyen:

* El instructor como experto: Los alumnos, sin experiencia previa, dependen completamente de la guía del docente.

* Responsabilidad del instructor: El docente controla el contenido, ritmo y método de enseñanza.

* Enfoque en el contenido: Los objetivos están centrados en la materia que se debe aprender.

* Motivación externa: Los estudiantes suelen estar motivados por presiones externas, como evaluaciones o requisitos académicos.

Este enfoque es efectivo en contextos donde los estudiantes son menores de edad y están en proceso de adquirir conocimientos básicos que les servirán para niveles educativos más avanzados.

Por otro lado, Malcolm Knowles, en su teoría de la andragogía, propone un enfoque completamente diferente para el aprendizaje de adultos. Según Knowles, los adultos aprenden de manera óptima cuando tienen control sobre su experiencia de aprendizaje, lo que se traduce en una mayor autodirección. Además, el aprendizaje de adultos se basa en su experiencia previa, lo que permite una mayor personalización y relevancia inmediata en su vida profesional o personal.

Los cinco principios de la andragogía son:
* Autoconcepto: Los adultos aprenden mejor cuando pueden dirigir su proceso de aprendizaje.
* Experiencia previa: La experiencia acumulada por los adultos se convierte en un recurso valioso para el aprendizaje.
* Disposición para aprender: Los adultos buscan adquirir conocimientos que puedan aplicar de inmediato.
* Orientación al aprendizaje: Prefieren aprender a través de la resolución de problemas y situaciones reales.
* Motivación interna: La motivación de los adultos es más intrínseca, basada en objetivos personales y profesionales.

La andragogía también tiene un papel crucial en la mejora del rendimiento humano (Human Performance Improvement, HPI). Este enfoque busca identificar y resolver problemas de rendimiento en contextos laborales, mejorando tanto el rendimiento individual como el organizacional. Es importante destacar que la educación de adultos se enfoca en la adquisición de habilidades que puedan aplicarse directamente en el ámbito laboral, y por ello, cualquier estrategia educativa en este campo debe estar alineada con los objetivos organizacionales.

Dada la distinción entre pedagogía y andragogía, fusionar los organismos encargados de la educación infantil y la educación superior podría diluir los enfoques y estrategias especializadas que cada una requiere. La pedagogía, centrada en la enseñanza estructurada para niños, y la andragogía, que promueve la autodirección en adultos, necesitan liderazgos y gestiones completamente diferenciadas para abordar sus desafíos particulares.

La educación de adultos requiere metodologías que fomenten la aplicación práctica inmediata, mientras que la educación infantil necesita una estructura más rígida y secuencial para preparar a los estudiantes para futuros aprendizajes. La fusión de estos dos ministerios podría comprometer tanto la calidad de la enseñanza infantil como la efectividad de la educación para adultos.

La propuesta de fusión entre el MINERD y el MESCYT no solo ignora las diferencias fundamentales entre pedagogía y andragogía, sino que también pone en riesgo la calidad educativa en ambos niveles. Es crucial mantener la separación de las administraciones educativas, permitiendo que cada una continúe enfocándose en sus áreas de especialización, adaptando sus estrategias a las necesidades específicas de los estudiantes. Mezclar estos enfoques podría tener consecuencias negativas tanto para la educación de nuestros niños como para el desarrollo del talento en los adultos, un factor clave para el progreso económico y social del país.


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