EL PREGONERO, SANTO DOMINGO.- Carlos Peña, aspirante presidencial por “Generación de Servidores”, prometió enfáticamente este lunes que, si llega al poder en 2020, no tendrá “rencor” pero tampoco “misericordia” para castigar a los corruptos y recuperar lo robado, y anunció que ya tiene una relación de los casos de corrupción que perseguiría desde el Gobierno.
Entrevistado por Kelvin Faña y Edhoarda Andújar en “El Nuevo Diario A.M.”, programa de “El Nuevo Diario TV”, promovió una profunda revolución para eliminar la corrupción, el clientelismo y el maridaje entre “lo peor de la política con lo peor del empresariado”. Además, prometió sepultar el actual modelo de gobierno que impera en el país.
“El que le ha robado un peso a este pueblo, que tenga la más firme convicción de que irá a la cárcel por eso que se robó y que tendrá que devolverlo. Hay gente que estarían felices de la vida con pasar cinco años en la cárcel y que le dejen todo lo que se han robado. No no, no queremos eso: tienen que devolver todo lo que han robado, y tenemos un pliego de todos los casos desde que lleguemos al Gobierno”, subrayó.
Su discurso lo definió como “antisistémico” para “romper radicalmente” con el sistema actual y transformar la República Dominicana. Esa transformación prioriza cinco aspectos: seguridad ciudadana, seguridad social, protección de las fronteras nacionales, seguridad alimentaria y servicios de electricidad y agua.
En detalle, Peña se propone lo siguiente: crear fuentes laborales para emplear, fundamentalmente, a jóvenes y mujeres; financiar las iniciativas de los jóvenes profesionales; eliminar las ARS y las AFP y crear cinco mil unidades de atención primaria con médicos familiares; suprimir las exenciones impositivas que les “regalan” el 6.1% del PIB a los grandes empresarios; poner en órbita el primer satélite dominicano para supervisar permanentemente las fronteras aérea, marítima y terrestre; volver al campo con tecnología y apoyar a los productores; gobernar a través de la familia, creando “cinco mil núcleos familiares” que serán “microgobiernos” y que incluirán terapeutas familiares; impulsar una “profunda” reforma constitucional para que los jueces de las altas cortes y el procurador sean elegidos por el voto popular.
El también pastor evangélico piensa que los últimos gobiernos no han resuelto un solo problema básico, y siendo incapaces de reducir la tasa de desempleo, ascendente a un 14% desde hace 20 años.
En otro punto, condena una posible legalización del consumo de drogas, viendo esa propuesta como una expresión de que las drogas han vencido al sistema.
“Salvemos la familia y estaremos salvando a la República Dominicana”, concluyó proclamando.