
Tensiones en la frontera: Haití convoca al embajador dominicano por deportaciones masivas – Un análisis diplomático
Por Abril Peña
Las relaciones entre Haití y la República Dominicana enfrentan un nuevo capítulo de tensión tras la reciente convocatoria del embajador dominicano, Faruk Miguel Castillo, por parte del gobierno haitiano. La reunión, celebrada el viernes 25 de abril de 2025, tuvo como objetivo exigir “absoluto respeto” hacia los ciudadanos haitianos en el contexto de las deportaciones masivas llevadas a cabo por las autoridades dominicanas. Este artículo profundiza en los detalles del incidente, el protocolo diplomático involucrado, el contexto histórico de las relaciones bilaterales y las implicaciones de estas tensiones para ambos países, con un enfoque en la crisis migratoria y los derechos humanos.
¿Qué Desencadenó la Convocatoria Diplomática?
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Haití emitió un comunicado oficial señalando su preocupación por las deportaciones masivas de ciudadanos haitianos, calificando algunos procedimientos como “actos deshumanizantes”. Según datos recientes, la República Dominicana deportó a más de 276,000 haitianos en 2024, con un pico de 11,000 deportaciones en una sola semana de octubre. Estas acciones responden a una política migratoria estricta impulsada por el gobierno dominicano, que busca controlar la migración irregular en un contexto de creciente presión fronteriza.
En octubre de 2024, la entonces canciller haitiana, Dominique Dupuy, había condenado estas acciones, afirmando:
“Escenas brutales de redadas y deportaciones han sido la norma, y exigimos justicia por los actos deshumanizantes contra nuestros compatriotas.”
Por su parte, el gobierno dominicano ha defendido su postura. En ese mismo período, el entonces ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez, declaró:
“La República Dominicana tiene el derecho soberano de regular su migración. Estas deportaciones se realizan dentro del marco legal y con el objetivo de proteger nuestra seguridad nacional.”
El actual canciller haitiano, Jean Harvel Victor Jean-Baptiste, quien asumió el cargo en noviembre de 2024, ha continuado abogando por un trato digno a los ciudadanos haitianos, aunque no se han registrado declaraciones específicas suyas sobre esta convocatoria reciente. Mientras tanto, la actual ministra de Interior y Policía de la República Dominicana, Faride Raful, no ha emitido comentarios públicos sobre este incidente hasta la fecha.
Un Protocolo Diplomático Estándar: La Convocatoria del Embajador
La decisión de Haití de convocar al embajador dominicano no es un hecho aislado ni inusual; se trata de un procedimiento diplomático estándar conocido como “llamada a consultas” o “convocatoria diplomática”. Este mecanismo se utiliza globalmente para abordar tensiones bilaterales de manera formal, permitiendo a los gobiernos expresar preocupaciones, buscar aclaraciones o negociar soluciones antes de escalar a medidas más drásticas.
¿Cómo Funciona Este Protocolo?
- Convocatoria Formal: El país anfitrión (Haití) solicita la presencia del embajador del país involucrado para discutir un tema específico. No es un interrogatorio legal, sino una reunión diplomática.
- Objetivo: Visibilizar una postura oficial y buscar diálogo. Haití busca que la República Dominicana ajuste su política migratoria para garantizar un trato digno a los deportados.
- Escalabilidad: Si no se llega a un acuerdo, los países podrían tomar medidas más severas, como retirar embajadores, emitir sanciones diplomáticas o buscar mediación internacional.
Casos Similares en la Región
Este tipo de convocatorias es común en América Latina y el Caribe. Por ejemplo, en 2020, México convocó al embajador de Estados Unidos tras comentarios sobre su política de seguridad. De manera similar, en 2015, Haití protestó diplomáticamente contra la República Dominicana por la implementación del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
El experto en relaciones internacionales, Dr. Jean-Pierre Murray, de la Universidad de Puerto Rico, explica:
“La convocatoria de un embajador es una herramienta diplomática para mantener el diálogo abierto. En el caso de Haití y la República Dominicana, refleja las tensiones históricas agravadas por la crisis migratoria, pero también la voluntad de evitar un conflicto mayor.”
Contexto Histórico: Una Relación Compleja
Haití y la República Dominicana comparten la isla La Española, pero su historia está marcada por diferencias culturales, económicas y políticas. La migración haitiana hacia la República Dominicana ha sido un punto de fricción durante décadas, exacerbando las relaciones diplomáticas entre ambos países, crispando la sociedad dominicana y convirtiéndose en una pesada carga para el lado dominicano, ambos países han enfrentado desafíos para encontrar un equilibrio entre cooperación y soberanía.
En los últimos años, la crisis humanitaria en Haití –agravada por desastres naturales, inestabilidad política y violencia– ha incrementado el flujo migratorio hacia la República Dominicana. Esto ha llevado a medidas más estrictas por parte del gobierno dominicano, incluyendo la construcción de un muro fronterizo y la intensificación de las deportaciones, lo que ha generado críticas de organismos internacionales como la ONU y Amnistía Internacional, aunque poco o nada se ha hecho para resolver la génesis del asunto del lado haitiano.
Implicaciones y Perspectivas Futuras
La convocatoria del embajador dominicano por parte de Haití es un paso intermedio que busca abrir un diálogo bilateral. Sin embargo, las tensiones migratorias entre ambos países no muestran signos de disminuir. Expertos sugieren que una solución sostenible requeriría:
- Acuerdos Bilaterales: Establecer protocolos claros para las repatriaciones que respeten los derechos humanos.
- Mediación Internacional: Involucrar a organismos como la OEA para facilitar negociaciones.
- Apoyo a Haití: Abordar las causas raíz de la migración, como la inestabilidad política y la pobreza, con apoyo internacional.
El politólogo dominicano Eduardo Gamarra opina:
“Sin un enfoque conjunto que aborde tanto la soberanía dominicana como la crisis humanitaria en Haití, estas tensiones seguirán siendo un ciclo interminable. La comunidad internacional debe desempeñar un papel más activo.”
Conclusión
La reciente convocatoria del embajador dominicano por parte de Haití pone de manifiesto las profundas tensiones migratorias entre ambos países, pero también la utilidad de los protocolos diplomáticos para gestionar conflictos. Mientras las deportaciones continúan, la comunidad internacional observa de cerca, esperando que el diálogo prevalezca sobre la confrontación. La situación en la frontera de La Española sigue siendo un recordatorio de los desafíos que enfrentan dos naciones unidas por la geografía, pero separadas por décadas de diferencias históricas.
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