Causó revuelo la inesperada inscripción del Senador José Ignacio Paliza y la hija del expresidente Hipólito Mejía, Carolina Mejía a la presidencia y a la Secretaria General del Partido Revolucionario Moderno (PRM), respectivamente.
Tenemos muchas preguntas, que merecen repuestas. Los dados están lanzados. ¿Pueden estos dañar el juego o fortalecerlo? ¿Pueden escoger de dedo, obviando la voluntad libérrima de sus seguidores, a sus autoridades sin sufrir en el proceso? Ese tipo de decisiones llevaron a sus miembros a formar tienda aparte en el PRM. ¿Por qué, lo que era malo en el PRD ahora es bueno en el PRM? ¿No es una falta coherencia criticar una cosa, demonizar decisiones para luego escoger exactamente los mismos caminos que antes veían como malo?
Aunque Carolina Mejía fue candidata a vicepresidente del PRM y manejó el Sector Externo de su padre, tienen poca o ninguna experiencia partidaria, mientras que el Senador José Ignacio Paliza a pesar de su juventud ha demostrado en las urnas su capacidad a nivel local, no así en el área nacional. ¿Pero tiene más méritos que otros con sobrada experiencia en ese partido? Se ven cosas…
¿Serán solo los títeres de sus facciones o tienen la intención real de organizar un partido para el bien de todos?
Un partido que se formó a la carrera para unas elecciones y que aún no han podido fortalecerse a lo interno y crear estructuras sólidas, están ahora en un dilema, entre la renovación de una juventud sin historia partidaria y unos muy viejos que quieren ser autoridades.
La cena está servida, veamos ahora si todos se sientan o se rompe la taza.