Dicen que la experiencia no se improvisa, pero parece que aquí las autoridades no han escuchado el dicho, se está volviendo una costumbre que cuando se aprueben o se someten proyectos de ley, programas o hasta resoluciones, los órganos, sociedades etc., que trabajan el tema no son consultados y podemos poner varios ejemplos, cuando se aprobó el uso de la vacuna del covid en infantes, las sociedad que agrupa los pediatras se quejó amargamente de que con ellos nadie había hablado y mostraron preocupaciones que más tarde la misma OMS terminó tomando en cuenta, con la la ley del DNI fue la misma situación, con el Código Penal Conani, el Ministerio de la Mujer etc., dijeron que con ellos nadie se reunió, la última perla en el largo collar del Poder Ejecutivo y legislativo la denunció la Procuradora General de la República Miriam Germán que dice que con ellos nadie se reunió para consultarles sobre la propuesta de modificación anunciada.
Entonces cabe preguntarse bajo qué criterio se están realizando las leyes, programas etc., en República Dominicana y si tal vez por eso luego resultan ineficaces e inaplicables en la práctica en muchos casos, los libros de textos y las experiencias en otros países son una cosa, pero nada le gana a la experiencia práctica en el patio, que muestra nuestra realidad, si no son los organismos que más saben del tema ¿Quién o quienes asesoran en la creaciones de disposiciones, programas y legislaciones?
Aunque los poderes son independientes, no son dioses que lo saben todo y lo correcto y lo prudente es al menos consultar, cuando sea posible con aquellos que tendrán la pesada carga de hacer frente a lo que tan alegremente aprueban.