Análisis de Kelvin Ortiz Faña
El Pregonero, Santo Domingo.- El Partido Revolucionario Moderno (PRM), la organización política llamada a fortalecer la democracia participativa y darle paso al relevo político del país, se han reservado ese “derecho” de fortalecer el liderazgo joven y estancarlo a su máxima expresión.
Desde sus inicios como partido del sistema electoral con sus nuevas siglas, el PRM se había convertido en la esperanza de muchos jóvenes con un sueño de ser parte de iniciativas que fortaleciera la democracia dominicana. A pesar de su lucha de que se aprobara las eleciones internas abiertas, simultáneamente y supervisada por la Junta Central Electoral, el PRM demostró ser parte de la demás organizaciones políticas de controlar sus candidaturas. Le negó el derecho a la sociedad que no milita en partidos políticos, ser parte de elegir sus candidatos y decidió por el padrón cerrado.
A pesar de eso, la juventud del PRM y el país mantenía la esperanza en esa organización política, que dio paso a dos “jóvenes” para que estén al frente de esa organización política, eligiendo a José Ignacio Paliza y a Carolina Mejía.
Pero lo que ha hecho, no tiene madre. El sábado, la esperanza llegó a su fin y el PRM se reservó las candidaturas y le cerró el paso a cientos de jóvenes que quería inyectarle renovación, liderazgo y modernidad al PRM.
Lo que han hecho es retroceder, en vez de avanzar.
@KelvinOrtizF