Por Jacobo Colón
Cuando me inicié en el ejercicio de la carrera de derecho de edad 22 años me instalé en una modesta oficina en el sector los 3 brazos, un abogado de unos 60 años de edad que había sido pensionado en una empresa privada volvió a ejercer la abogacía en dicha oficina, yo de 22 años, él con 60.
Como la oficina era pequeña nuestros respectivos escritorios estaban en el mismo salón, sucedía que cada vez que un cliente llegaba se dirigía hacia donde él estaba, incluso a veces de manera instintiva entendían que el abogado era él y yo un simple ayudante, estudiante o paralegal.
Cuando mi opinión era refutada por la suya casi siempre notaba que el cliente se inclinaba hacia lo que expresaba mi colega de oficina.
Cuando se trata de nuestra salud buscamos experiencia, un médico recién salido de cualquier universidad, sin importar el prestigio de la misma no es confiable para nosotros si apenas lleva 2 o 3 años de ejercicio profesional, nunca nos operaríamos con un profesional con tan exigua experiencia.
Para construir la casa donde vivirá nuestra familia buscaremos un ingeniero con experiencia, por lo menos una década de práctica le exigiríamos a quien tendrá en sus manos el soporte donde se cobijarán nuestros hijos, una construcción realizada por inexpertos puede producir el colapso del lugar donde habita una familia.
12 años de experiencia en el ejercicio del derecho se les exige al que quiera ser miembro de una alta corte, un abogado no puede graduarse hoy y al año pretender ser miembro de la Suprema Corte de Justicia.
La experiencia es vital para desempeñar funciones que encierran grandes responsabilidades.
Por eso me causa desconcierto cuando escucho a algunas personas queriendo descartar al presidente Leonel Fernández porque fue presidente del país durante 12 años, cuando justamente ese es el motivo para que en este momento de crisis asuma las riendas del país.
Los mismos que pedirán experiencia para someterse a una operación o construir una edificación son los mismos que aducen que ya Leonel no debe ser presidente porque lo fue durante 12 años.
Esa experiencia y conocimientos, junto a la preparación que exhibe cada vez que se dirige al país o al mundo son su mayor aval para ser electo una vez más para dirigir la patria de Duarte.
Si solo nos detenemos a pensar que sin experiencia en el año 1996-2000 hizo un excelente gobierno, dando prioridad a la educación, salud, infraestructura e institucionalidad, ahora sería una gestión extraordinaria, donde los problemas del país comenzarían a tener verdadera solución.
Es que la experiencia acumulada siendo presidente durante 12 años, los acontecimientos vividos después de haber salido de esta lo han acrisolado como la mejor opción que tenemos los dominicanos que queremos lo mejor para nuestro país.
Leonel es conocimiento, es experiencia, es respeto, es institucionalidad, es reconocimiento internacional, pero también ha demostrado tener sensibilidad y por eso le duele en carne propia la miseria que atraviesa cada dominicano, para que tengan mejores condiciones de vida se esforzó cuando estuvo en el poder.
No podemos darnos el lujo de perder al mejor estadista de toda américa y gran parte del mundo, desaprovechar la oportunidad de tener a Leonel de presidente nueva vez significaría perder al mejor activo que tenemos en este momento.
Hoy que todos los productos de primera necesidad están inalcanzables, Leonel, que la delincuencia gana la partida al gobierno y cada vez son más los hechos espeluznantes que suceden, Leonel, ahora que volvieron los apagones y las largas filas en la mayoría de instituciones públicas, Leonel.
Ahora que la población se ha convencido de que el cambio significó un retroceso, Leonel.