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Miguel Otañes aboga por una co-regulación ética de la libertad de expresión

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Por Rosa Iris Luciano

El Pregonero, Santo Domingo – El comunicador Miguel Otañes aseguró que el ejercicio de la libertad de expresión debe enmarcarse dentro del respeto a los derechos fundamentales de otras personas, como el buen nombre y la honra, y que no puede ser asumido como un derecho absoluto sin consecuencias.

Durante una intervención radial, Otañes reflexionó sobre el concepto de libertad, citando a pensadores como Aristóteles, Schopenhauer y Gregorio Luperón para ilustrar que toda libertad conlleva responsabilidades y límites.

“La libertad de expresión termina justo donde comienzan los derechos de los demás”.

En ese sentido, señaló que, en un entorno digital saturado de contenido sin filtros ni especialización, es necesario establecer regulaciones claras, aunque equilibradas.

“Hay países como China, que, aunque no compartamos su modelo político, han puesto orden: si no eres médico, no hables de salud; si no eres psicólogo, no opines sobre salud mental, es una regulación directa, pero efectiva”.

Sin embargo, aclaró que, para la República Dominicana, el modelo más apropiado sería una co-regulación multiactor, donde participen todos los sectores involucrados desde medios de comunicación hasta plataformas digitales y se promueva la autorregulación con base en códigos de ética.

“Por ejemplo, en una emisora como Rumba, aunque la ley me permita decir ciertas cosas, el medio puede establecer sus propios límites porque tiene un código interno que firmamos al ingresar”.

Otañes también resaltó el rol que deben asumir las grandes plataformas digitales como Facebook, Instagram, YouTube y Twitter, que ya cuentan con políticas comunitarias para filtrar contenidos.

“En Estados Unidos es libre empresa, pero esas empresas tienen reglas claras, aquí también debemos fomentar eso”.

El comunicador valoró como positiva la mención del “debido proceso” en el proyecto de ley que regula la expresión en medios y redes, pero advirtió que no puede hablarse de garantías jurídicas si no existe alfabetización mediática.

“No se puede exigir responsabilidad sin antes educar, la alfabetización mediática no debe dejarse a políticas públicas futuras, debe ser una prioridad ahora”.

Otañes concluyó que cualquier intento de regular los entornos digitales debe partir del diálogo, la inclusión y el compromiso ético de todos los actores sociales.

“No se trata de censurar, sino de proteger a la sociedad sin sacrificar los derechos fundamentales”.


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