Martin Luther King, uno de los mejores oradores de todos los tiempos

Por pregoadmin

Por Abril Peña

“Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. 

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño «americano».

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: «Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales».

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad  juntos,  sabiendo que algún día seremos libres.”

Considerado una obra maestra de la oratoria, estas son algunas de las estrofas de uno de los discursos más conocidos de todos los tiempos, lo pronunció un hombre negro en USA que murió asesinado un día como hoy del año 1968 :  Martin Luther King.

Afortunadamente y a pesar de las enormes desigualdades que se han vivido en nuestro país, nunca hemos pasado por la segregación que sufrió y que hasta cierto punto aún sufren la comunidad afroamericana en USA,  la esclavitud aquí no pasa de los libros de historias y por mucho que se quiera “refinar” la raza, el mestizaje es demasiado fuerte para vivir la división social y racial existente en la primera nación del planeta.

Martin Luther King nació en el 1929  fue un pastor baptista, defensor de los derechos civiles su larga lucha por la plenitud de derechos para los norteamericanos de raza negra es muy conocida a lo largo y ancho del planeta.

En 1955 los negros vivían en barrios separados, no podían ir a las mismas escuelas, universidades o clínicas, no podían ir a hoteles, restaurantes etc., que un blanco, en muchos estados el matrimonio interracial era prohibido, y si un blanco entraba en un autobús debías pararte y cederle tu asiento, en pocas palabras, aunque no existía ya la esclavitud los negros eran ciudadanos de segunda.

Firme seguidor de Ghandi su método de lucha era la desobediencia pacifica, creía que una ley injusta no debe ser obedecida, su método encontró mucha resistencia en la misma comunidad afroamericana partidaria de métodos mas violento y que ejercían y aun lo hacen una segregación a la inversa.

En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes al encabezar una gigantesca marcha sobre Washington en la que participaron unas 250.000 personas, ante las cuales pronunció el discurso hoy titulado I have a dream (Tengo un sueño), una bellísima alocución en favor de la paz y la igualdad entre los seres humanos. King y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente John F. Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.

Lamentablemente el Presidente Kennedy moriría asesinado poco tiempo después, y aunque Luther King ganó un premio Nobel en 1964 por su lucha en la búsqueda de los derechos civiles y ese mismo año se promulgó la ley que consagraba la igualdad para todos los ciudadanos, toda su influencia no fue suficiente para cerrar la enorme brecha que separaba la sociedad de entonces. Murió asesinado en el 1968 a manos de un delincuente común.

Pero su recuerdo es imperecedero y en un momento donde el fanatismo y el racismo parecen resurgir su discurso es más actual que nunca.


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