Mientras en Chile aprueban una ley que disfrazada de democracia invisibiliza a la, mujer en República Dominicana celebramos 80 años del derecho al voto, un derecho que nos daba la oportunidad de elegir y ser elegidas, aunque por mucho tiempo se trató solo de elegir, pero como todo lo que se trata de las mujeres, aquellas promotoras, como las mujeres en Chile, fueron invisibilizadas por el régimen que se abrogó dicho hito, y la sufragistas como muchas otras liderezas y actrices de procesos importantes de nuestra historia, se convirtieron en el secreto mejor guardado, en grandes desconocidas.
Ahora, 80 años después, aún con el extraordinario logro de tener leyes que declaran que mujeres y hombres son iguales, todavía queda mucho por andar, porque una cosa dice la ley y otra muy distinta dice la costumbre y la cultura, por algo tenemos las altas tasas de femenicidio, discriminación política, violencia intrafamiliar, por algo la población dominicana cree que las mujeres deben pedir permiso a sus parejas para realizar cualquier actividad, por algo las niñas y adolescentes se ven compelidas por «decisión propia» o empujadas por sus familias a usar sus cuerpos como moneda de cambio, por algo solo tenemos 2 ministras, 4 senadoras y un número ridículo de de alcaldesas, pero claro, un 85% de bonitos floreros como vicealcaldesas, lo peor es que es tan normalizado que lo vemos normal hasta que explota uno que otro caso en la prensa y entonces nos horrorizados pidiendo la hoguera, para sentirnos bien como sociedad, mientras en nuestros barrios sigue todo igual.
!Si! Hace 80 años que alcanzamos en teoría derechos y que se sepa también deberes, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, celebremos a aquellas que lo abrieron, pero sin quitar el ojo de la meta, que falta camino para llegar allí.
