Luego de la revolución francesa y la sustitución de la monarquía, apareció para 1789, la figura francesa del presidente. Es allí, cuando mediante una asamblea de delegados, los ricos de la oligarquía por costumbre protocolar se sentaron todos al lado derecho del presidente, mientras que los obreros y proletariado se ubicaron al lado izquierdo.
Fue el inicio de lo que hoy conocemos como corrientes políticas de izquierda ó derecha, en el caso de los llamados del centro es un invento para los que nunca fijan posiciones y no se identifican ni con la clase rica , ni con los obreros. (Los guabinosos)
En el ejercicio práctico del poder político dominicano, no hay rasgos de ningún presidente que haya gobernado para las clases identificadas con los de izquierda, peor aún, cuando llegan asumiendo líneas cercanas a la izquierda revolucionaria, terminan acomodados a la ultra derecha de la oligarquía.
Lo que si hemos aprendido bien los políticos dominicanos, es el pensamiento filosófico de figuras como Stalin, que de venderse como un santo, terminó fusilado sus compañeros de partido de forma moral y física, como finalmente con un pico de jardín, aquel español infiltrado mató en México, al profeta e intelectual Leon Trotsky héroe de la revolución rusa.
Los modelos de democracia latinoamericana son sin lugar a dudas, un burdel de los teatreros, que no necesita mucha explicación para demostrar para quienes gobiernan y con cuáles herramientas logran las cosas, sobre todo en un pueblo (pica pica, que le encanta un dame lo mio, una fundita y dejame caer lo que sea).
Si todo sigue como va, la salida más viable a la solución, será un régimen de fuerza transitoria que derramaría sangre inocente, hasta establecer un orden social, económico y político en los ricos países del continente pero pobremente administrados.
Por Jhanel Ferreras