Por Kelvin Ortiz Faña
El presidente Danilo Medina, como líder del Partido de la Liberación Dominicana, tiene un compromiso con esa organización y un deber de que el partido gane las elecciones presidenciales, pero debe de ser bajo la paz y el trabajo político, pero jamás bajo el discurso de incentivar a enfrentamientos y meter miedo.
Al parecer, Danilo Medina no sabe cual es su estatus actual y quiere actuar como líder de un bando político. Si, es cierto, hay mucho en juego, pero si él se enteró ahora, a una semana de las elecciones, el país no puede pagar por eso.
Las nuevas generaciones jamás le perdonarían a usted presidente si esto termina en una desgracia. Su nieta recién nacida y las que puedas esperar en el futuro, tendrán que vivir en el exilio, si se desata, lo que nadie quiere ver el próximo 5 de julio.
El jueves, en la reunión del Comité Central del PLD, Danilo Medina, reconoció que la pandemia ayudó al PLD, una declaraciones así, viniendo del presidente de la República y que se dé a conocer a la opinión pública, basta y sobra para que renunciara como mandatario. Aquí no pasó nada.
Pero, Danilo Medina ha ido más lejos. Decirle a la dirección del PLD, que no manden “señoritos” o “cobardes” a las mesas electorales este cinco de julio, basta y sobra para que esos militantes vayan con la cabeza bloqueada y harán lo imposible para cumplir esa orden. ¿No entendió Danilo el riesgo que eso significa?
Señor presidente Danilo Medina, en usted está, que en este país no haya una desgracia mayor de que estamos viviendo por Covid-19. Su gestión, que ha sido muy buena, podría pasar a la historia y usted ser recordado, como el presidente que se manchó sus manos de sangre. Este es mi tercer y último artículo donde le escribo presidente, de su rol como Jefe de Estado. Usted sabrá.
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