Los medios a través del tiempo han sido una pieza angular en la construcción de la sociedad que conocemos, pero pueden ser también un arma de doble filo.
Desde los inicios de la prensa amarilla hemos sabido la capacidad destructora de una noticia o redentora de la misma, y ahora con la presencia del Internet y las redes sociales construimos ídolos o tendencias con la misma facilidad que un niño hace una figura masilla, y aquellos actores que intervienen en ese proceso deberían tener especial cuidado con aquello que publican.
Las redes sociales dan una falsa sensación de seguridad y permite que hagamos y digamos cosas que de otra forma jamás diríamos.
El periodista Danny Alcántara twitteó un mensaje donde, entre Líneas dejaba entrever información personal de la periodista Nuria Piera, todo esto a raíz de un cuestionamiento al que dé así desearlo hubiese podido hacer mutis o responder de una forma más elegante.
Pero no fue así, decidió llevar el asunto a nivel personal, dando un ejemplo de la cultura violenta que se ha entronado en nuestra sociedad, pero el exabrupto tiene mayor importancia por tratarse de la figura que se trata, es un periodista, una figura pública que debería de dar mayor ejemplo.
Nuria más elegantemente ha guardado silencio, pero que pena que un periodista se preste a una estratagema tan sucia y baja. Una pena que a pesar del año en el que estamos la vida privada de un ser humano deba ser blandida como arma en vez de discutir en el terreno de las ideas. Una vergüenza para el género del agresor el utilizar la posible vida sexual de una persona que puede hacer con su cuerpo lo que se le dé la gana sin ser juzgada por eso. Amarillismo, machismo y violencia todo en un solo tweet.
Ahora, Alcántara negó esa publicación.
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