En este país todo es un relajo y na’ es na’, por eso el exabrupto del joven amenazando de muerte al jefe del Estado para algunos resultó hasta gracioso y mañana cuando detengan la infractor escucharemos voces diciendo que eso es represión y una exageración por parte de las autoridades.
Los protestantes deben de tener cuidado, porque aunque allí hay muchísima gente buena, con intenciones puras en este tipo de manifestaciones suelen colarse personas cuyos intereses no necesariamente coinciden y cuyo único deseo consiste en echarle una pasta de jabón al sancocho.
Usted puede creer lo que sea de otra persona, especialmente del jefe de un Estado, pero eso no le da derecho a amenazarlo de muerte ni siquiera de juego, en cualquier país del mundo eso trae consecuencias graves y nadie siquiera lo ve extraño, aquí no tiene porqué ser distinto.
No permitan que políticos y descerebrados desvirtuen su propósito.