El tema de la ausencia del alcalde y su sucesión en el municipio de La Vega ha desatado un debate político-jurídico, el cual no abordaremos, por razones entendibles, pero lo importante de destacar de la situación vivida en nuestra ciudad natal, es que ha permitido que Joel Martínez, al momento de asumir las riendas de la gestión municipal, haya podido enfrentar el vacío sucesoral y dirigir eficientemente los destinos de la ciudad, demostrando ser un gerente y estratega municipal que está encaminando por buen rumbo a la culta, olímpica, histórica, carnavalesca y conservadora ciudad de La Vega
Desde que asumió, muchos pensaron que esa transición sería tumultuosa y caótica, lo cierto es que ha demostrado ser un administrador municipal excepcional, ha trabajado incansablemente para mantener el buen funcionamiento de la ciudad. Ha tomado decisiones con rapidez y eficiencia, demostrando así, su capacidad para liderar en momentos de crisis. Su enfoque en la transparencia y la participación ciudadana ha sido fundamental para mantener la confianza de los habitantes de La Vega.
Joel, ha logrado establecer un equipo de trabajo comprometido y eficiente, que ha permitido llevar a cabo importantes proyectos en beneficio de la ciudadanía. Su gestión en estos meses se ha caracterizado por un enfoque claro
en la rural y urbana, la promoción de programas de desarrollo social y la implementación de políticas públicas orientadas a potenciar el desarrollo local. Además, ha demostrado ser un líder capaz de tomar decisiones difíciles y hacer frente a los desafío que se presentan en el día a día de la gestión municipal. Su capacidad para trabajar en equipo, su visión estratégica y su compromiso con el bienestar de la comunidad lo han convertido en un verdadero gerente y estratega municipal.
Además,ha demostrado ser un administrador eficiente y eficaz. Ha trabajado arduamente para mejorar la gestión de los recursos públicos y ha implementado medidas para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión municipal. Su enfoque disciplinado y su capacidad para priorizar las necesidades de la comunidad han sido clave para lograr avances significativos en los servicios públicos.