Elecciones del 5 de julio: un reto democrático frente al coronavirus

Por pregoadmin

Por: Ing. Greymer De Peña


El funcionamiento actual de la democracia, y sus perspectivas de desarrollo futuro, se encuentran condicionadas por buen manejo de la crisis del Covid-19. En nuestro país y el mundo esta pandemia ha evaporado muchas expectativas, lo que nos lleva a un panorama poco alentador en el ámbito sanitario, económico y político social, por lo que sin dudas las elecciones del próximo 5 de julio representan un reto democrático que tendrá como resultado el cambio que añoramos todos los dominicanos.

Ante esta crisis del coronavirus el futuro democrático de la nación va a depender de la responsabilidad con que asumamos la realización de unas elecciones que preservaran los principios democráticos y que a su vez también cuenten con los mecanismos para garantizar la sanidad de quienes acudan a las urnas a ejercer el derecho al voto.

Desde nuestra óptica social y política vemos como se hace imperante que a la brevedad posible la Junta Central Electoral disponga del protocolo de prevención de contagio para las elecciones próximas. El mismo deberá contemplar la prohibición de las aglomeraciones y las reglas de distanciamiento con lo que se garantice que los ciudadanos asistirán efectivamente a esta jornada cívica. Además, se deben tener los marcos normativos que den paso a nuevas formas de votación, obviamente, sin que estos pongan en riesgo los parámetros universales del voto: individual, secreto y general. Por lo que se hace urgente que los partidos políticos y la sociedad pueda iniciar con los preparativos que den la seguridad a los ciudadanos de que no se pondrán en riesgo del contagio del COVID 19.

Lo que está ocurriendo en el escenario nacional nos revela que se están produciendo fallos en los procedimientos establecidos y que existen demandas importantes para el futuro que no están siendo bien solucionadas y que, si de manera paralela la democracia se debilita y no es capaz de encontrar soluciones para problemas vitales como el de las elecciones, se agudizarán aún más las tendencias de especulaciones e intenciones mal sanas de algunos “secunderos del gobierno” para evitar la realización de las elecciones del 5 de julio.

La democracia del país tiene el reto de preservarse a pesar de la crisis del coronavirus, por lo que estamos seguros de que en las elecciones venideras dará como resultado la victoria del cambio encabezado por Luis Abinader y el PRM. A partir del 16 de agosto del 2020 se establecerá un sistema político más abierto y plural, con Estado extenso de bienestar y amplias libertades individuales. Sin temor a equivocarme se atenderán las necesidades demandadas por el país con respecto al impacto de esta pandemia. Luis pondrá en marcha su plan con una efectiva reacción ante una posible crisis económica y las demandas sociales. “Hoy más que nunca la república dominicana está obligada a preservar la democracia e institucionalidad. Juntos, ante esta crisis tenemos que lograr reducir el auge del populismo imperante”.

Finalmente, quiero recordar al gobierno, a la JCE y a quienes apuestan al continuismo, que la lentitud es consustancial a la democracia, que un régimen democrático está basado en el diálogo, el debate, y los acuerdos. Pueden tener por seguro que los dominicanos y dominicanas valoramos la libertad y, por ello, preservaremos con celo la capacidad de crítica ante cualquier ordenamiento con el que se vulnere la decisión y voluntad democrática. Porque les advierto que no estamos ante un experimento con el que se pueda jugar con democracia y la salud de la gente. Esto es una cuestión práctica, que afecta al porvenir de nuestra sociedad, a su propia habitabilidad futura. Y, por supuesto, será lo que condicionará la credibilidad de un tipo de régimen político verdaderamente merecedor del calificativo de democrático.


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