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Elecciones de ADOMA entre la Ilegitimidad, carteles Gremiales, el edificio y el neooportunismo

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Juan Manuel Morel Pérez

Abogado, Magister en Seguridad y Defensa Nacional, Especialista en Derechos Humanos y Derecho Internacional humanitario, doctorando en derecho Administrativo iberoamericano, Coordinador del Observatorio de Seguridad y Defensa-RD
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Twitter @juanmanuelsoyyo

Los carteles no solo están relacionados con el crimen organizado, sino también son grupos de personas que se asocian con el objetivo de obtener ventajas negociadas, creando élites afines. Estos grupos buscan perpetuar sus intereses personales y mantener el control sobre las instituciones, afectando la transparencia y la democracia.

Desde mi ingreso a ADOMA en 2009, lo hice consciente de que desde el gremio se podrían impulsar las transformaciones reivindicativas de la clase jurídica, ya que el Colegio de Abogados de la República Dominicana se ha salpicado por intereses ajenos desde hace mucho. He tenido el honor de servir como vice secretario general y vicepresidente de la asociación, la cual ha visto pasar grandes juristas como Julio Castaños Espaillat y Manuel Morel Cerda. Es nuestra responsabilidad proteger la integridad de la asociación y luchar contra intereses oscuros que puedan destruir el primer gremio fundado después de la dictadura de Trujillo, que tanto aporte ha hecho a la democracia e institucionalidad nacional.

Las recientes elecciones de la Asociación Dominicana de Abogados (ADOMA) han dejado en evidencia una preocupante ilegitimidad de las autoridades del sindicato de los abogados del pais, con una participación que no alcanzó ni el 5% de la población abogadil del país. Este bajo nivel de votación no solo refleja la apatía de los abogados hacia el proceso electoral, fruto de alianzas y debates ocurridos a pocas horas del mismo, siendo un rechazo contundente a los clanes gremiales que han convertido las elecciones de abogados en su forma de vida.
Desde hace años, los procesos electorales de la abogacía nacional han sido dominados por grupos que buscan perpetuar sus intereses personales y mantener el control.

Estos clanes han hecho de las elecciones un juego de poder, donde la transparencia y la democracia quedan relegadas a un segundo plano. La falta de participación masiva en las elecciones del pasado sábado es un claro indicio de que los abogados del país están cansados de estas prácticas de los buscavidas gremiales. En medio de este panorama, ha surgido una nueva casta oportunista que inicialmente se veía como una esperanza para renovar la asociación y el Colegio de los Abogados Dominicanos. Sin embargo, esta ha demostrado ser igual; su promesa de ser una generación distinta en el gremialismo jurídico se ha convertido en una decepción.

Es imperativo que estemos atentos a cualquier intento de dar un tiro de gracia a la Asociación Dominicana de Abogados. Los carteles gremiales han mostrado desde hace mucho un malsano interés en vender el edificio en la Zona Colonial, un patrimonio que pertenece a todos los abogados del país. La venta de este edificio sería un golpe devastador para la asociación y para la profesión en general.

Estaremos vigilantes y no permitiremos que se salgan con la suya. La Asociación Dominicana de Abogados debe ser un bastión de justicia y transparencia, y juntos podemos lograrlo.


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