El transfugismo siempre ha existido, pero siendo honestos nunca se había visto tantos cruces en tan poco tiempo, al punto que hay que ponerse a investigar para saber a quien pertenece cada quien, para no cometer errores y equivocarse respecto a quien pertenece cada quien, antes era motivo de escarnio público, ya no solo no lo es, si no que depende de dónde salga y hacia dónde van, se dan un baño de credibilidad por decirlo de alguna manera.
Ya que a nuestros políticos solo les molesta cuando es a sus partidos que abandonan, parece ser que quienes deben dar el castigo moral son los votantes, una responsabilidad a la que hemos renunciado y ahora que las comparaciones están tan de moda, uno pensaría que deberíamos de copiar de los ciudadanos de otras naciones, que exigen a sus representantes eficiencia, probidad, principios y lealtad, aquí pedimos un quinienton y un pica pollo y a veces, hasta menos.
Tenemos el país que nos merecemos, porque cada autoridad electa es fruto de las decisiones que como conglomerado social tomamos, así que o cambiamos nosotros y nuestras elecciones o dejemos de llenar las redes de quejas, por algo que nosotros mismos sembramos.