El problema del transporte: creación de leyes Vs. su aplicación

Por Redacción Pregonero

El problema del tránsito en República Dominicana  no se resolverá con más leyes y el aumento de las penas por las faltas cometidas, sino con educación y autoridad pertinente de todos los actores de la sociedad.

La nueva Ley 63-17 tiene por objeto regular y supervisar la movilidad, el transporte terrestre, el tránsito y la seguridad vial en la República Dominicana y establecer las instituciones responsables de planificar y ejecutar dichas actividades, así como la normativa a tal efecto.

Expectativa de la población es alta en torno a este tema. La efectividad de su aplicación y el correcto funcionamiento del INTRANT, institución que a partir de su promulgación se crea, es parte de lo que la población espera, sobre todo, porque desde el 1997 existió la Ley 241, derogada por la  63-17 que se refería al tránsito de vehículos en nuestro país, y que por falta de su aplicación, todos anduvimos, durante todo este tiempo como chivos sin ley por nuestras calles y carreteras.

Nuestra Ley de Tránsito, la vieja y la actual, son buen ejemplo de que no basta con tener marcos legales, ya sean especializados o no, sino tener autoridad y voluntad para que estos sean aplicados.

¿Qué sucede hoy? Es simple. A diario vemos como choferes de concho, impunemente y sin temor a ser sancionados, no usan el cinturón de seguridad de sus vehículos. Las violaciones llegan al punto de que, impunemente, transitan sin luz trasera y delantera, esto tan solo por citar algunos casos.

Lo mismo sucede con las guaguas del supuesto “transporte público” y que no son tal cosa; estas usan las vías, a todas horas, para hacer carreras y ver quién logran montar mayor número de pasajeros en una vuelta, y pobre de aquel conductor que se queje, ha habido hasta ciudadanos agredidos por estos hechos y nada pasa. También hay quienes, sin medir consecuencias, toman alcohol y el volante al mismo tiempo, todo esto porque la autoridad se ejerce a medias o por momentos.

¿Cuántos muertos menos hubiera si las autoridades aplicaran la Ley y/o si conductores la respetaran por temor a sanción, por ejemplo? El problema del tránsito en República Dominicana bien pudiera enfrentarse con acciones que busquen cumplir y hacer cumplir su marco legal. Hay que hacer respetar la Ley de Tránsito y ser tan drásticos y certeros en su aplicación, que la gente tema y procure evitar violarla.

Hay que hacer que todos y todas respetemos la Ley de Tránsito ¡Ahí está la clave! Pero aplicarla sin distinción y sin temor a pequeñas rabietas de sindicatos o ciudadanos que piensan que pueden vivir como chivos sin ley; las reglas son reglas y existen para ser respetadas.

Cuando la autoridad comprenda el valor de hacer respetar la Ley, sin importar quien la quebrante, entonces la realidad del tránsito en nuestro país será otra y las lágrimas por víctimas o multas serán menos.

Y no es que quiera que la gente le tema a la autoridad, no, no es así. De lo que se trata es que la gente comience a respetar la autoridad y sus leyes, pero que sobre todo, a las leyes del Estado y al propio Estado le tema cuando de acciones que pueden atentar contra otros  o sí mismo se trate.

El nuevo Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) tienen un gran reto por delante, cambiar no sólo la realidad del transporte, sino también hacerlo más respetado y humano, porque en las sociedades en donde la gente no teme al Estado, ni sus leyes y no se tiene respeto por él, el desorden impera, y esto hasta ahora, es lo que se ha estado viendo en las calles de nuestro país.

Una realidad que es tiempo de cambiar, por el bien de todos y todas.

Por Amaury Reyna 


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