A propósitos de las navidades y año nuevo, encontramos un PLD sumergido en el análisis de situaciones que podrían ser delicadas para la cohesión que tanto necesita para mantenerse en el poder. Pero a pesar de todo esto, nada se escapa al mandato que envuelve la última parte de su lema, «servir al pueblo».
El PLD está muy activo en los barrios del país, llevando un poco de alegría a familias de bajos recursos, cosa que algunos llamarán «populismo», otros entenderán que es burla a la necesidad de la gente, pero esos que critican, ¿qué están haciendo para aportar a la solución de los problemas del conglomerado?
A pesar de que el PLD ha sido fuertemente criticado con la clase popular, es el partido que más desarrollo ha generado al país, especialmente con los menos poseídos, quienes encuentran en las políticas sociales del gobierno una mano amiga en la estreché de sus condiciones, queremos establecer en estas líneas que estamos de acuerdo en que no se debe fomentar el conformismo, pero siendo objetivo, en lo que se terminan de cocer las políticas públicas que buscan la erradicación total de la pobreza, lo oportuno es ser solidario. Obviar vanos discursos de aventureros que nada aporta, sino que no son más que vanas propuestas que buscan capital político para sus aspiraciones o intenciones de convertirse en algo más de lo que tanto critican.
Dejemos de poner tanta atención a los «críticos con intereses», o por lo menos neguémosles nuestros oídos hasta tanto alguno de ellos tenga qué mostrar en favor de los pobres. En favor de los que más necesitan.
Dilen Montero