El particular sonido de una guagua anunciadora: “Compro nevera vieja, licuadora vieja, cama vieja, batería vieja, inodoro viejo…”, testifica lo que está sucediendo en un mercado que se vuelve más atractivo en la medida en que se descubre su rentabilidad, ¿pero todo el metal que aquí se vende proviene de estos chiriperos o de extracciones mineras?
A ver si recuerdan estos titulares periodísticos sobre República Dominicana decían “cables robados del puente Duarte,” “Desmantelan monumento a Peña Gómez”, y “Colegio La Salle sin electricidad”., comunidades sin agua en Barahona, porque se robaron cables eléctricos del acueducto, roban palos de luz en la Jacobo, estos titulares están relacionados con el mismo tema que dejó perplejas a muchas personas: el robo de cables y metal alrededor de la ciudad capital de Santo Domingo y otras ciudades alrededor del país.
Inició con los robos de tapas de alcantarillas y placas de monumentos y monumentos inclusive. Pocos se acuerdan del robo de los palos de de luz de la Jacobo Majluta, 50 para ser exactos a plena luz del día usando maquinarias pesados, luego se robaron los rieles, síiii los rieles de los trenes, hasta que llegamos al robo de cables, incluidos cables eléctricos, así como de fibra óptica, con lo que se llegó a la conclusión que había preferencia por el cobre, que después se exporta a China, donde hay gran demanda.
Gracias a estos ladrones, se quedaron a oscuras numerosas calles, avenidas, puentes y autopistas en Santo Domingo y en todo el país, que empezaron a competir con los cortes de energía que también han estado ocurriendo por décadas sin solución. Cuando las calles y avenidas se quedan en la oscuridad, tampoco funcionan los semáforos, lo que contribuye al caos vehicular.
Las empresas telefónicas no se quedan atrás, pierden más de 50 millones de pesos anualmente.
El mercado de exportación de metales en República Dominicana en algun momento significó más de 200 millones de dólares el mismo bajo a unos 111 en el 2016 en parte por medidas tomadas por las autoridades precisamente por esto, por los el reciclaje que se da tras los robos pera poderlos vender.
Ahora, algo que es común, pero que como todo en este país hasta que no pasa un desgracia no ponemos atención, ahora se roban los alambres en el Aila, nadie lo cree, pero como bien decimos al inicio de este comentario por ejemplo, esta misma semana se robaron los cables de la cadena transportadora del puerto de Barahona valorada en más de 12 mil dólares, ¿sabotaje? Negocio, o creen que solo son los retrovisores y tapas de carro que aqui se revenden con total impunidad?
Si bien el negocio en el 2016 bajó, ahora esta en alza, el precio internacional de cobres y otros metales subio en un 115%.
En el 2012, el hierro se vendía por kilo y es a RD$9,000 la tonelada, es decir, RD$9 el kilo; el aluminio a RD$22 la libra, y el níquel a RD$23 ó 24 la libra y en el caso de las baterías de inversor la compramos a RD$800 y la vendemos a RD$820. Al negocio se le gana un margen de un 7 a 8%”, imagínense ahora.
En resumen, el negocio es lucrativo, muy lucrativo, la gran pregunta es porque le caen atrás al menudeo, a los piperos y ladronzuelos y no a las metaleras que compran, porque por algún lado salen esos cargamentos, es igual al caso de las piezas de vehículos de la 20, todo mundo sabe donde las venden y nadie hace nada, los celulares por igual, todo mundo sabe donde se revenden y nadie hace nada.
Con el caso de los recintos de máxima seguridad como aeropuertos, puertos e incluso instalaciones de agua, porque también han dejado sin agua a comunidades completa, lo que nos debe preocupar es que sea posible que se pueda entrar en estas instalaciones, a la luz de todo esto solo tenemos que agradecer que no pasare una desgracia mayor y claro está, si es con el contubernio de las autoridades, porque no es precisamente corriendo que lo hacen.
Más allá de la incapacidad de las autoridades pasadas y presentes de ponerle un stop a las metaleras, hay que preocuparse de que la inseguridad.