En los últimos días tres temas han dominado las redes sociales: la tiradera del Lápiz Conciente y Mozart la Para, el nombramiento de la hija de Milagros Germán y los tenia para ir a la juramentación de Bolívar Valera (El Boli), dos de ellos son de el interés politico y hasta sociológico, porque muestra como piensa una sociedad e incluso como juzga, definitivamente no es lo mismo con guitarra que con violín.
Cuando el regidor más votado del Distrito Nacional llegó a su juramentación en bicicleta y en tennis fue admirado por mantenerse firme a sus creencias y dar el «ejemplo», sin embargo, cuando El Boli preguntó por sus tennis fue considerado chopo, sin clase e irrespetuoso en franca alusión a lo que creen muchos que son sus orígenes.
¿Entonces, el regidor de la muy pudiente circunscripción No. 1 y por su partido se le respeta sus creencias y El Boli por venir del peledeismo y aunque muchos no se atrevan a admitirlo públicamente representar un sector de la sociedad para muchos envilecidos debe de juzgársele?. Es un doble rasero y enseñan el refajo, el mismo que se enseña cuando se justifica el nombramiento de la muy preparada y exquisita Milagros De Camps, no nos mal entiendan, no tenemos nada en contra de su nombramiento, pero las redes explotaron cuando el también muy preparado hijo de Felucho Jiménez fue colocado como ministro.
Se habló de nepotismo, aunque de sobra se sabe que la figura legal no aplica, pero llama la atención que madre y dos hermanos obtengan decreto, dos tíos uno de madre y otro de padre dirijan en la actualidad uno la Dirección de Bellas Artes y el otro uno de nuestros museos y de ñapa otro D Camps tenga una diputación al Parlacen y nadie se lo encuentra mal, todos con sobradas luces y preparación.
Tal vez, a partir de esta experiencia aprendamos a no juzgar alegremente porque así cuando les toque tener el sartén por el mango como en esta ocasión no se vena acusados de hipócritas y de andar enseñando el refajo.
Dicho esto, el que gana es el que goza, felicidades a los nombrados.