Si bien es cierto que el problema educativo tiene muchas aristas, no menos cierto es que los maestros son parte fundamental del problema y al mismo tiempo de su solución.
Se ha hecho viral una comunicación firmada por la presidenta de la ADP que tiene unas 16 faltas ortográficas y sellada con el sello gomígrafo de la institución, el cual también tiene una falta.
En mala mano está el pandero cuando aquellos supuestos a educar a nuestros hijos cometen yerros de esta categoría, una falta ortográfica se le pasa a cualquiera, pero más de una docena, es una barbaridad, un descuido imperdonable y que deja a uno cavilando si el fallo en lectura y comprensión de nuestros hijos, es del sistema en sí o si no empezó por el que enseñó a leer y a escribir.
En tiempos de redes sociales hay errores que no se comenten y más cuando se exige tanto, de los demás. Lo mínimo que podemos recibir, además de huelgas y vacaciones intempestivas, es educadores que sepan escribir correctamente, porque si como escriben piensan…bueno.