
Día Nacional del Café: una mirada al presente y futuro de la caficultura dominicana
Aunque el país ha logrado avances en exportación y renovación de plantaciones, el sector cafetalero sigue enfrentando importantes desafíos estructurales.
Por Abril Peña
ElPregoneroRD- Distrito Nacional.- Cada 11 de abril se celebra en República Dominicana el Día Nacional del Café, un producto que no solo forma parte esencial de nuestra cultura, sino que también ha sido históricamente un pilar económico en muchas comunidades rurales del país. Pero, ¿cuál es la realidad actual de la caficultura dominicana?
Producción en descenso, pero con señales de recuperación
La producción nacional de café ha sufrido una drástica reducción en las últimas décadas. De unas 133 mil hectáreas cultivadas en 2001, hoy se estima que solo se siembran unas 75 mil, según datos del Ministerio de Agricultura. Esta disminución del 43% en el área cultivada ha obligado al país a importar café en determinadas épocas del año para suplir el consumo local.

Pese a esto, el Instituto Dominicano del Café (Indocafé) ha emprendido programas de recuperación que incluyen la siembra de más de 50 millones de nuevas plantas resistentes a enfermedades como la roya, lo que ha permitido aumentar la productividad en ciertas zonas y mejorar la calidad del grano.
Exportaciones en alza, pero aún limitadas
Entre 2020 y 2023, las exportaciones de café dominicano alcanzaron los 75 millones de dólares, un crecimiento del 85% respecto al período anterior. Estados Unidos y Puerto Rico se mantienen como los principales destinos, y se han abierto nuevos nichos de mercado gracias a iniciativas de promoción como la Feria Agroalimentaria 2025.

Aun así, nuestra participación en el mercado internacional sigue siendo modesta frente a países líderes como Colombia, Brasil o Etiopía. Expertos coinciden en que el café dominicano tiene un alto potencial de internacionalización por su sabor, aroma y origen, pero requiere mejoras sostenidas en infraestructura, certificaciones de calidad y comercialización.
Cafetaleros entre el abandono y la esperanza
El rostro más olvidado de esta cadena es el del productor. La mayoría de los cafetaleros dominicanos son pequeños y medianos agricultores que lidian con la falta de acceso a financiamiento, asistencia técnica y condiciones justas de comercialización. Muchos aún cosechan de manera artesanal, sin maquinaria moderna ni facilidades para mejorar su productividad.

En ese mismo contexto, ha surgido un grupo creciente de caficultores orgánicos que, con técnicas sostenibles y cosechas cuidadas a mano, están produciendo café de alta calidad que empieza a ser valorado en mercados gourmet. Sin embargo, su producción es aún limitada y enfrenta grandes retos de comercialización, certificación y logística. Estos productores podrían ser una clave para reposicionar el café dominicano en nichos de alto valor, si se les brinda el apoyo necesario.
La Confederación Cafetalera Dominicana (CONCAFED) ha solicitado al Estado una política integral que incluya renovación de cafetales, incentivos fiscales, apoyo al cooperativismo, y mecanismos que garanticen precios justos en origen.
¿Qué futuro le espera al café dominicano?
Pese a las dificultades, hay razones para el optimismo. La voluntad de rescatar el sector ha comenzado a materializarse en algunas provincias, y el café sigue siendo un cultivo con fuerte identidad nacional. Su valor no solo es económico, sino también simbólico: el café es conversación, ritual, encuentro.
En este Día Nacional del Café, más que una celebración, se impone una reflexión profunda: si queremos que el café dominicano vuelva a ocupar un lugar destacado en nuestra economía y en el mundo, debemos invertir con visión de futuro en quienes lo hacen posible—nuestros caficultores.
@abrilpenaabreu