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La Junta Central Electoral ha reubicado casi medio millón de electores en un escenario electoral de por sí caldeado y cargando además con una falta de credibilidad atroz.
Ya no es solo que los candidatos tengan que afrontar el gasto millonario de unas nuevas elecciones, ahora con boleta física y todo los desmanes que esto acarrea, si no que además ahora tienen que perder un tiempo precioso haciendo que sus votantes se revisen porque conociendo al dominicano si no es como a los niños, llegan el 15 de marzo al centro de votación en Belén con los pastores.
Desafortunada decisión y en pésimo momento, algo a lo que ya nos tiene acostumbrada esta JCE, que sigue sin aprender de sus errores.
