Por Daniel Cruz
Uno no nota que envejece porque se ve todos los días. Notamos que hemos cambiado cuando vemos una foto nuestra de varios años. Otra forma de hacernos una idea, así sea de manera indirecta, de que hemos envejecido es cuando nos encontramos con un contemporáneo al que teníamos muchos años sin ver.
Eso nos pasó con el Estado. No nos dimos cuenta de lo mucho que lo modernizamos porque éramos parte de esos trabajos de modernización, los veíamos a diario en su proceso acumulativo de una mejora ahora, otra un poco más tarde…
Quienes sí se han dado cuenta de esa modernización han sido los perremeístas porque han experimentado el choque entre lo que pensaron encontrarían y lo que realmente han recibido.
Por eso la duda en cancelar a muchos peledeístas. Y es que a un funcionario lo pueden nombrar por razones políticas, pero al final debe dar un resultado conforme la naturaleza de la institución que dirige para permanecer en el cargo.
Incluso dejamos los mecanismos para evaluar de manera automática el desempeño de las instituciones.
De todos modos cancelarán a los peledeístas, pero no antes de que entrenen a quienes los reemplazarán.
Cuando reflexiono en estas cosas no comprendo por qué muchos peledeístas se expresan como si no hubiéramos gobernado bien. ¡Claro que hay lunares en nuestras realizaciones! Pero los aciertos y los aportes son mucho mayores.
Cuando termine la luna de miel existente entre el pueblo y el PRM, y, en consecuencia, se pase del aplauso, de la celebración de las denuncias al reclamo de resultados será cuando las obras de gobierno del PLD adquirirán contenido en la conciencia de nuestros conciudadanos.