Curiosidades del ISFODOSU, parte 2

Por pregoadmin

Por Dr. Basilio Florentino Morillo


En un mensaje anterior cuestionábamos la eficiencia del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU), que se le ha estado vendiendo a la sociedad como una institución ultra eficiente, que actualmente ocupa uno de los primeros lugares en la educación superior del país, específicamente, el segundo lugar, según el ranking internacional de Webometrics 2020.

En nuestro comentario anterior demostramos que información no constituía una novedad, ya que desde todos los tiempos, aun cuando eran simples escuelas normales, o bien a partir de los años 90 cuando fueron reconfiguradas como instituto, el ISFODOSU ha ocupado el primer lugar en materia de formación inicial de docentes. Como ejemplo hicimos referencia al desempeño de sus egresados en varias ediciones de los concursos de oposición del Ministerio de Educación.

También comentamos, con asombro, que el ISFODOSU, con apenas 3,910 estudiantes tiene un presupuesto de 2,375 millones de pesos. Entonces, nos preguntamos, ¿por qué todo este dinero del presupuesto público, o más bien, del dinero recaudado con los altos impuestos que todos pagamos, para ser transferido a una institución que ya era eficiente y un ejemplo nacional? ¿Por qué nos sale tan cara la formación de un profesional del ISFODOSU, con un valor individual superior a los 600 mil pesos anuales,  cuando en la UASD este valor se reduce a unos 50 mil pesos?

Pues, parece que ya tenemos parte de las respuestas. En el 2011, esta institución tenía una rectoría con una departamentalización con 10 dependencias, según el Ministerio de Administración Pública https://www.sismap.gob.do/Municipal/uploads/evidencias/ 7283_1_622_Infomre%20diagnostico%20ISFODOSU.pdf;  sin embargo, a partir del año 2019, la Rectoría pasó a tener 68 departamentos http://www.isfodosu.edu.do/ transparencia/phocadownload/Organigrama/Resolucion%20Estructura%20Organizativa%2026-06-2019.pdf, lo que representa un aumento exponencial del 680% en, apenas, ocho años.

Todo esto ocurre en un contexto donde la matrícula estudiantil, que es lo que debiera justificar cualquier incremento en la estructura de la organización, a partir del 2012 inició un proceso de desplome, pasando de 7,811 a 3,910 en el 2020, según el resumen histórico de estadísticas del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología 2005-2017 https://mescyt.gob.do/transparencia/wp-content/uploads/2018/11/INFOR ME-DE-ESTADI%CC%81STICAS-2017.pdf, y las estadísticas de estudiantes matriculados del ISFODOSU

http://www.isfodosu.edu.do/transparencia/phocadownload/Estadisti cas/MatriculadosGrado2020/Matriculados%20Grado%20Enero-Abril%202020.pdf, donde se observa que la matrícula, en ocho años, se redujo a la mitad.

Y otra vez nos preguntamos, ¿qué fue lo que llevó a las autoridades del ISFODOSU a multiplicar de manera desproporcionada la departamentalización en el nivel de la Rectoría? ¿Qué criterios de la Teoría de la Administración se aplicaron? ¿Cómo crearon puestos sin justificación que se basará en el crecimiento de la matrícula y en la satisfacción de servicios brindados a la población bajo formación?, y lo inexplicable, ¿cómo incrementan la departamentalización en la Rectoría cuando el comportamiento de la matrícula, en vez de ser directamente proporcional al crecimiento de la institución manifiesta una tendencia claramente inversa?

Nuevamente cuestionamos el concepto de eficiencia manejado por las autoridades del ISFODOSU, sobre todo cuando la finalidad principal de la institución, recogida en su Estatuto Orgánico, consiste en “Formar de manera integral los(as) profesionales de la educación que demanda el sistema, con altas competencias, sentido de responsabilidad profesional y moral, de honestidad y vocación para el servicio y la convivencia democrática;…” http://www.isfodosu.edu.do/phocadownload/Nuevo-estatuto-Decreto-272-16.pdf

Si la principal finalidad del ISFODOSU es la formación de profesionales de la educación, ¿cómo es que el crecimiento de la institución no está subordinado a las demandas de esa población? Todo hace pensar que detrás de esta estrategia existe un sentido latente que la interpretación literal de los textos no posibilita su comprensión. Esta es una tarea, que en la práctica, deberá ser desentrañada por las próximas autoridades de la institución, siguiendo los lineamientos de austeridad definidos por el gobierno del cambio.


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