El país se horroriza hoy cuando se dan cifras de embarazo en adolescente, pero sobre todo con la cantidad de menores cuyos embarazos son producto de una violación y/o de incestos, al parecer no han entrado nunca a la página de Procuraduría donde los números de violaciones y/o agresiones sexuales son atroces, sobre todo aquellas cifras que corresponden a menores de 5 años que uno pensaría que son casos extraños y nada que ver, pero todo parece indicar que se hace poco o nada y si lo hacen no se sabe, para mejorar estos números.
¿Cuáles son los planes de prevención? ¿Dónde están las campañas de educación? ¿Qué seguimiento se le hace a las miles de adolescentes embarazadas que van a nuestros hospitales y por los cuales el país aparece en entre los primeros de la región y en el número 26 del mundo?
Mientras nos entretienen con la campaña, los acuarios, la farándula y todo lo que en el mundo de las banalidades parece entretenernos, vamos de mal peor, porque esas niñas educando niña@s son directamente proporcional a la cantidad de antisociales y pobreza extrema que luego carga los bolsillos no sólo del Estado si no de todos los que pagamos impuestos.
Y ni hablar del drama emocional de las víctimas que están siendo condenadas en la mayoría de los casos a temas psicológicos perennes y a la pobreza hasta la quinta generación.
Pero sigamos en la chercha.