Alianzas e impunidad

Por pregoadmin

Por el Lic. Sheiner Adames Torres.


En la República Dominicana, históricamente se han concertado alianzas político electorales con miras de mantener o llevar al poder a ciertas fuerzas políticas o candidatos en todos los niveles de elección, teniendo como fin principal el mantenimiento del estado de cosas y la garantía de que no serán perseguidos ni molestados quienes, preocupados por sus desmanes en el ejercicio de la función pública, procuran tranquilidad al salir de la misma, a través de dichas alianzas.

En el sentido estricto de la buena política, las alianzas deben hacerse sobre la base de propuestas programáticas e ideológicas que permitan, al llegar a la función, servir al bien común; sin embargo, lo que hemos visto en la práctica es que la mayoría de las alianzas no tienen ninguna sustentación en programas ni planes de desarrollo, sino, más bien, en proyectos personales, económicos y de impunidad total para aquellos que salen y apoyan a los que vienen. Esa es una forma de hacer política que debe ser erradicada.

Siendo la República Dominicana uno de los países con mayor índice de impunidad fruto de la corrupción administrativa, según Transparencia Internacional, las alianzas políticas sobre la base del contubernio para no tocar esos expedientes de saqueo del erario son un caldo de cultivo para que el país no avance en esa materia.

Aunque las alianzas cómplices son criticables desde el punto de vista ético, en el ejercicio de la política, no podemos confundir las mismas con un exceso de puritanismo y moralidad que nos impida lograr consensos y articular coaliciones, para luchar y vencer a poderes hegemónicos. Hay que entender que solo así se pueden lograr éxitos electorales; la historia lo comprueba. Sólo debemos cuidar que, en la propuesta de unificación de criterios con otros actores, primen los valores supremos de adecentamiento de la función pública, a través de la vocación de servicio, así no caeremos en lo mismo que criticamos. Esa debe ser la base de los acuerdos.

Los dominicanos y dominicanas de buena voluntad tenemos que reflexionar con el más alto nivel de conciencia, para entender que solo unidos podremos desterrar de la vida política e institucional a aquellos que piensan que este pueblo es una finca personal en la cual pueden moverse con total impunidad ellos y sus aliados, además de seguir engrosando sus bolsillos con negociaciones estatales. Se equivocan!


El autor es abogado, comunicador, profesor universitario y dirigente político.


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