Por: Jesús Batista Suriel
En el ámbito político, los líderes y partidos pueden trabajar juntos para lograr objetivos estratégicos. No obstante, a veces nos sorprenden giros inesperados que generan alianzas de rebote, donde figuras políticas que antes se veían como rivales acérrimos terminan uniendo fuerzas en busca de un objetivo común. Hasta ese punto es válido, donde llama a preocupación este tipo de alianzas es cuando interponen sus intereses personales, por encima de los intereses nacionales. Ese tipo de comportamientos irresponsables no es aceptable.
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El ejemplo más reciente de este fenómeno es que Leonel Fernández y Danilo Medina han dado un giro sorprendente al establecer una alianza política inusual. Leonel Fernández fue prácticamente expulsado por el danilismo del PLD, donde ambos tuvieron una pelea política intensa por mucho tiempo. Los dos representaban corrientes internas en el partido y sus diferencias ideológicas y estratégicas se hicieron evidentes en varias ocasiones.
Sin embargo, el escenario político cambió significativamente cuando el expresidente Fernández decidió romper con el PLD y fundó su propio partido, La Fuerza del Pueblo.
Este movimiento cambió la política y causó incertidumbre sobre el futuro del PLD, que gobernó el país durante décadas. En medio de este contexto de cambios y reacomodos, las circunstancias políticas actuales los han llevado a establecer una alianza de rebote en busca de dos objetivos comunes: contrarrestar al partido gobernante y poner un ministerio público que responda a sus intereses.
Este cambio político ha provocado muchas reacciones entre los dominicanos. Algunos lo consideran como una estrategia oportunista. Es importante señalar que estas alianzas de rebote son un ejemplo claro de cómo las circunstancias y los intereses individuales se relacionan de manera clara. La ansiedad de poder e impunidad puede llevar a líderes políticos a establecer alianzas de rebote. En caso de que las alianzas se formen exclusivamente por beneficio personal, sin considerar las posibles consecuencias para la nación, se convierte en un motivo de preocupación. Leonel y Danilo están relacionados por intereses personales en vez de una visión compartida del país.
Las motivaciones que sustentan esta alianza inesperada siguen siendo poco conocidas. Las especulaciones van desde las agendas ocultas hasta las maniobras estratégicas, lo que aumenta el misterio que rodea a su asociación. La falta de confianza aún incrementa las inquietudes entre la población, quien requiere líderes que sean honestos, con principios y comprometidos a aportar a su país. No establecer alianzas basadas en la impunidad.
Aunque no es extraño que los líderes políticos tengan aspiraciones personales, se vuelve problemático cuando esas aspiraciones nublan su juicio y comprometen el bienestar general. El auténtico liderazgo requiere de tomar decisiones complejas que no siempre se corresponden con los intereses personales. Requiere una brújula moral sólida y un compromiso genuino de servir a la nación. Los ciudadanos deben asumir su responsabilidad y exigir transparencia, honestidad y un compromiso con el bienestar del país.
Las sorprendentes acciones inaceptables por parte de Leonel Fernández, de servir de auto parlante a las posiciones de Joseph Claude, ponen de manifiesto que prioriza sus intereses personales, por encima de todo, creo que ha llegado el momento en el que los ciudadanos deben responsabilizar a sus líderes políticos por sus acciones. El progreso de una nación depende de líderes que prioricen el bienestar de las personas en lugar del beneficio personal. Al exigir transparencia, integridad y compromiso con el bienestar de la nación, los ciudadanos pueden fomentar un cambio positivo y asegurar que sus representantes electos gobiernen en beneficios del país.
A veces, las palabras de los líderes pueden despertar sorpresa o incredulidad, especialmente cuando parecen contradecir la postura general del país en un asunto tan relevante como la soberanía nacional, en este caso el tema fronterizo. Es imperativo que las decisiones y acciones de los líderes se guíen por el bienestar de su nación, a fin de prevenir cualquier influencia que pudiera debilitar su posición soberana.
Los líderes deben estar al tanto de las consecuencias de sus palabras y acciones, y asegurarse de que estén alineadas con los intereses y valores de su nación. La integridad y la lealtad hacia el país son importantes para el liderazgo político responsable. Por esta razón, me resulta preocupante la posición ambivalente de Leonel Fernández y su coro en escenarios internacionales, replicando las mentiras de un enemigo de la Republica Dominicana como lo es Claude Joseph.
¡Increíble lo que está sucediendo! El promedio de Leonel es impactante; primero, una alianza con el Danilismo y ahora replicando las mentiras de Claude Joseph en contra de República Dominicana. Sin embargo, al final, parece que Leonel bateó de foul y terminó por poncharse. ¿Qué está sucediendo realmente? ¿Dónde está el Leonel Fernández que conozco, admiro y respeto tanto?