Por Kelvin Ortiz Faña
Ayer, el mundo fue sorprendido por la terrible noticia que consternó y generó incertidumbre del intento suicidio del expresidente peruano Alan García Pérez, cuando la policía iba a detenerlo por cargos de corrupción.
Horas más tarde, su abogado Erasmo Reyna informó al mundo que Alan había fallecido, luego de tres paros cardiorespiratorios, donde recibió reanimación cardiopulmonar por los médicos del hospital Casimiro Ulloa en Lima, pero el esfuerzo fue en vano.
Todo inició con una orden de arresto contra García emitida por el Poder Judicial pasada las 7:00 am, hora local, donde se ordenaba su detención preliminar por 10 días. La orden de detención se dio en el marco de una investigación por presuntos delitos de lavado de activos y colusión agravada.
A pesar de negar los cargos, García, que vivía principalmente en España, regresó a Perú en el 2018 para enfrentar acusaciones de presuntos sobornos pagados por Odebrecht para adjudicarse un contrato para la construcción de la línea 1 del Metro de Lima durante su segundo gobierno (2006-2011).
Las autoridades han anunciado que las investigaciones al caso Odebrecht continúan, pero sin Alan García. Tras su muerte, se extingue la acción penal en su contra.
Reacciones de ciudadanos peruanos y otras nacionalidades, no se ha hecho esperar. Y no es para menos. En las redes sociales hicieron tendencia #AlanNoEsUnMartir y les recordaron al mundo la matanza en los penales del Perúa una serie de acciones militares ocurridas entre el 18 y el 19 de junio del 1986, cuando tenía un año como presidente. Su última gestión no fue la mejor, incluso, las acusaciones son todas de ese último período presidencial (2006-2011).
A Alan García suicidarse, lo hace culpable de todas las acusaciones echa por la fiscalía. No tubo el coraje de enfrentar la justicia y demostrar su inocencia, si es que lo era. Es una falta de respeto del Gobierno declarar tres días de luto, pues como dicen la mayoría, él no era un mártir.
@KelvinOrtizF