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El rompimiento de las relaciones diplomaticas con Taiwán han dejado un dejo agridulce entre los dominicanos.
Taiwán fue durante años un país amigo que hizo donaciones cuantiosas a nuestro país, siempre dispuesto a apoyar y ayudar. Los dominicanos somos un pueblo noble, solidario y leal. Por eso nos afecta.
Pero la realidad geopolítica se impone; ¿se puede perder República Dominicana de establecer relaciones con la segunda economía del mundo? Difícil. Tal vez el manejo mediático fue inadecuado y sin anestesia para con un pueblo al cual se le debe como mínimo respeto.
Pero definitivamente no había forma de mantenernos durante más tiempo aislados de 1300 millones de posibles clientes.
La realidad se impone.