Por Lic. Manuel Cruz (M.Sc.)
El paroxismo coyuntural que se genera con la llegada de un nuevo gobierno fundamentalmente por las expectativas de las nuevas designaciones, muchas veces propicia que los ciudadanos pierdan de vista algunos elementos que son de vital importancia para el futuro de sus hijos y el desarrollo del país.
Desde esa perspectiva, fuera de las designaciones y medidas tomadas dentro del plano económico en procura de recuperar la economía en medio de esta situación atípica, estoy plenamente convencido que las designaciones de este nuevo gobierno en el sector educación han sido las más efectivas hasta este momento.
Zapatero a su Zapato.
En ningún país en el mundo el éxito en el desarrollo de las políticas públicas viene pre-empacado, sin embargo, por la semiótica en el inicio de una gestión uno puede inferir cual es el rumbo que se quiere tomar. Por tal razón, no podemos olvidar que prácticamente al unísono aprobamos el 4% del PIB para educación y sacamos a los docentes del proceso para poner todos esos recursos en manos de políticos.
En ese sentido, la llegada de dos educadores y grandes conocedores del sector tanto en el Ministerio de Educación como en Educación Superior Ciencia y Tecnología; son señales positivas para la búsqueda de la anhelada calidad educativa y, ver en consecuencia mejoras tangibles en todos los órdenes en un futuro no muy lejano.
Sin embargo, hay que estar conscientes que el solo pensar en calidad educativa supone un camino largo y de un compromiso colectivo donde lo estatal y lo gubernamental no pueden llevar el mismo rumbo, sin esa separación social y visión de Estado jamás podremos encabezar el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA).
Asimismo, no podemos olvidar que la búsqueda permanente por la conquista del (ODS) 4 es lo único que podrá incluir mañana a nuestras universidades en los rankings internacionales tales como Ranking Shanghái, QS Latin, QS Wold, Scimago, Times Higher, etc. Y, poder entonces dar al traste con profesionales del siglo XXI.
El Nuevo Año Escolar.
Recientemente el nuevo Ministro de Educación Roberto Furcal, presentó al país las bases generales de un plan estratégico que busca salvar el año escolar en medio de esta crisis sanitaria, un plan que a todas luces se nota consensuado con los diferentes sectores, analizado y amparado en una planificación pragmática.
Además, está apegado a la premisa de que “la educación no puede plantearse sobre la base de una meta fija e inalterable en el tiempo”, su única lógica debe ser una herramienta para los cambios. Por ello, debe ser considerado como un plan positivo aun dentro de las dificultades estructurales que tiene nuestro país.
Empero, para ser objetivo hay que decir que el plan también presenta algunos desafíos para las autoridades. Verbigracia, la conexión en lugares inhóspitos, la deficiencia en el servicio energético del país y la indisoluble dependencia económica que tienen muchos padres y tutores con los lugares donde laboran; todo eso merece un abordaje especial.
En conclusión, no es momento para disyunciones estériles ni para conjunciones verticales, el momento demanda de las voluntades, el apoyo, las ideas y la comprensión de todos. Por eso, jamás olvidemos el aforismo externado por el psiquiatra estadounidense Karl Menninger quien dijo “lo que des a los niños, los niños darán a la sociedad”.
Autor es Geopolitólogo, Abogado, Catedrático & Comunicador