REFLEXIONES EN CAMPAÑA #15: Los años difíciles… la vida de mi madre junto a Peña

Por pregoadmin

Por: José Francisco Peña Guaba


Hoy en el día de las madres, tanto como llevar flores a la mía al lugar donde descansan sus restos, mi mejor regalo a mi progenitora es recordar su vida, su sacrificio y, sobre todo, esa pasión y amor insondable que le dio a su esposo, a sus hijos y a toda su familia.

Corría el año 1958. Mi padre había llegado a la capital desde su natal provincia Valverde, a estudiar Derecho y a trabajar. Había sido recomendado para que trabajara como maestro, plaza que consiguió y que inició en el municipio de Yaguate, provincia San Cristóbal. Allí conoció principalmente a tres personas que serían sus amigos y leales hermanos durante toda su vida: los señores Feliciano del Rosario,ctor Manuel Manzanillo y JoséEnrique Bono.

Mi padre deseaba ser locutor y para lograrlo se apersonóa la escuela de locución de La Voz Dominicana, que en aquellos años funcionaba en el mismo lugar donde actualmente opera la radioemisora Corporación Estatal de Radio y Televisión Dominicana, sede del Canal 4. Allí mi padre conoció, cursando los mismos estudios, a Johnny Ventura y Rafael Corporán de los Santos, entre otros exitosos artistas y comunicadores.

El horario de la escuela de locución obligaba a los estudiantes a vivir en las cercanías. Es por esa necesidad de conseguir una habitación de alquiler que mi padre llega donde quien años después fue mi abuela materna, Crisolia, quien tenía una pensión en la calle Barahona esquina Manuel Ubaldo Gómez. Este espigado joven de tez morena solicitó el alquiler de una habitación, lo que se le facilito porque llegaba recomendado por sus compañeros de estudio. Allí residiría mi padre por cierto tiempo.

Naturalmente, siendo la de mi abuela, en esa misma casa residía mi madre, Julia Idalia Guaba Martínez, a quien llamaban Lala, mujer blanca y hermosa como pocas, de larga y abundante cabellera negra que le llegaba a la cintura. Allí se conocieron mis padres, sucumbiendo mi madre a lo que tiempo después dijo era “el ángel” de mi padre, un aura de dignidad, grandeza y entrega que le acompañó toda su vida.

Mi padre trabó pronta amistad con mi tío-abuelo Carlos Mejía, conocido anti-trujillista apodado Pachiche. Conversaban siempre en la azotea porque el área estabainfestada de informantes de la dictadura, a quienes en ese tiempo denominaban “calieses, que con un informe hacían hasta desaparecer a cualquier joven en esa época.Ya en 1959 habían trasladado a mi padre al municipio de San Cristóbal al reformatorio de jóvenes. Estando ahí conoció y terminó de alfabetizar al benjamín de la invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo, el cubano Pablito Mirabal, quien fue hecho prisionero y corrió riesgo de muerte pero, ante su corta edad y para demostrar una supuesta magnanimidad, el régimen, Trujillo lo envió al Reformatorio donde trabajaba papá. Francisco, como llamaba mi mamá a papá, conoció de boca de este estudiante no solamente los detalles de la invasión sino también, se enteró de la existencia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) organización política en el exilio.

Sin conocer dirigente alguno, mi padre, 2 años antes de llegar el PRD al país, entusiasmado ante la libertad simbolizada por esa organización política, escribió el que ahora es himno del partido, cuya música fue obra de quien mucho después fue su gran amigo, el gran cantante Aníbal de Peña. Previsora y cuidadosa, mi mamá escondió ese cantico dentro de la hombrera de un traje, ante elgravísimo peligro que correrían si por alguna casualidad alguien encontraba tan revolucionaría composición. Pero papá no podía esconder muy bien sus verdaderas ideas sobre el régimen. En un momento dado se vio en la necesidad de renunciar al reformatorio, pese a las protectoras manos de los curas jesuitas que dirigían esa institución.

Ya siendo locutor papá encontró trabajo como narrador de béisbol en San Pedro de Macorís. Fue desempeñando ese oficio que ocurrió el ajusticiamiento del tirano. Cuando llegó la comisión del PRD al país, un 5 de julio,mis padres estaban entre los concurrentes al aeropuerto y poco después conocieron a don Ángel Miolán, iniciándose, por cosas del destino, la militancia de mi padre en el PRD. Mi madre estuvo siempre junto a mi padre en la construcción de este primer ensayo democrático, en cuanto les correspondió, siempre estuvieron juntos, como en el triunfo de Bosch del 1962 y durante el golpe de Estado de septiembre del 1963.

Mi padre es de los pocos dirigentes que se quedó aquí. La gran mayoría de los dirigentes del PRD fueron deportados entre 1963 y 1965 pero mi padre fue uno de los articuladores principales del partido en esos momentos, hasta que llamó a la conocida revolución de abril de1965.

Entre 1966 y 1970 el papel de mis padres fue de agitación, porque el liderazgo de Peña Gómez comenzó a trascender en todo el país hasta convertirse en el discípulo más aventajado de Bosch. Persecuciones constantes, la cárcel, la clandestinidad y amenazas de muerte fueron el precio que debieron pagar por su aporte a la construcción de las libertades que disfrutamos hoy.

Mi padre se quedó aquí, enfrentado todo tipo de acechanzas y planes para exterminarlo, hasta que llegado el 1970, ya graduado de doctor en derecho salió a París con una beca, para completar los estudios de Doctorado en derecho constitucional en la mundialmente reconocida como Universidad de La Sorbona. Regresó al país dos años después. Las contradicciones creadas por los cambios metodológicos en el partido, sobre todo por el proceso de izquierdización planteada en la tesis de la dictadura con apoyo popular como en otros documentos escritos por Bosch en esa época, hicieron eclosión con la purga emprendida por el Profesor, quien decidió sacar a los “burgueses, como llamaba a quienes tenían cierta holgura económica del partido. También influyó en esas contradicciones la llegada al país del Coronel Caamaño, factor determinante en la división y salida de Don Juan del PRD, para crear el PLD.

La verdad es que papá respetaba y admiraba al Profesor Bosch. Nunca quiso disputarle el liderazgo del partido. Por eso, en plena clandestinidad, renunció 3 veces a su condición de Secretario General del PRD, en 1973, cosa que el Profesor no aceptó. La última carta de renuncia no llegó a manos de Bosch: sin conocimiento del líder se llevó a la prensa directamente… y ahí mismo se decretó la división del partido. Sin embargo, entonces comenzó la estrella del líder a descollar hasta convertirlo en el líder más carismático que ha tenido el país. Lo que hoy conservamos de democracia se debe en gran parte a mujeres que, como mi madre, lo dieron todo por acompañar a sus compañeros en sus ideales. Eran otros tiempos, donde los políticos, por sus acciones y por promover sus ideas se jugaban la vida y con ellos sus familias. Hoy no existe peligro alguno por expresar las opiniones o criterios personales sobre asuntos políticos.

Hoy, en el Día de las Madres, hago honor a una de los más maravillosos seres que he conocido, a una mujer que nada pudo mancillar su nombre, a una mujer correcta, esforzada, que ayudó a mi padre a llegar al pináculo de su carrera. Honesta, valiente, temeraria, incluso, actuó siempre con responsabilidad, decisión y arrojo.

En este domingo día de las madres dedico este artículo a mi mama, una verdadera guerrera, no porque siempre venció en sus batallas que fueron muchas, sino, por su reciedumbre, porque a pesar de las derrotas, esta mujer valerosa nunca se dio por vencida.


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