Mi salida al tranque del PLD

Por pregoadmin

Por Elvin Castillo 


La situación interna que vive hoy en día el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es, sin lugar a dudas, la amenaza de división más fuerte que ha vivido dicho organización en su historia.

Los dos grandes líderes están enfrentados por el poder: Leonel Fernández y Danilo Medina.

¿Cuál es el meollo del asunto?

En primer lugar, lo que necesita todo gobernante que esté en una posición propensa a dejar el poder es garantías de tranquilidad, posterior a su eventual salida, y Danilo Medina no es una excepción a esa regla. Por lo que debe existir un ambiente, en todo el sentido de la palabra, que garantice eso.

Segundo, está más que claro para cualquier entendido que es imposible que Danilo Medina se vaya a la jubilación política con el transitorio acordado en el año 2015 de que no podría aspirar nunca jamás, siendo él un Presidente sin reparos, con una de las mejores gestiones de gobierno en la historia del país en cuanto a realizaciones en diversos sectores y ya existiendo el precedente del 2010 cuando el presidente Fernández se auto-habilitó para seguir gravitando en política. En fin, un país de cultura caudillista.

Pero también hay otras razones de más peso. Dice Robert Greene en su popular libro Las 48 Leyes del Poder “nunca dejes ver tu intención a tu enemigo”, y es exactamente lo que ha hecho el Leonelismo.

Ha dejado claramente establecido, con una oposición feroz y poco estratégica, que de volver al poder, todo lo que huela a Danilo Medina, su equipo o su legado, sería desterrado y eso ha disparado las alarmas en el Danilismo al punto de prácticamente empujar al Presidente a una aventura reeleccionista.

Desde nuestra perspectiva, lo más saludable tanto para el PLD, para el país y para la democracia, sería algo nunca visto y quizás hasta poco probable, pero después de 12 años de gobierno de Leonel y 8 años de Danilo, lo ideal sería que ambos en el marco de una negociación decidieran deponer sus aspiraciones y promover una nueva generación que represente una imagen fresca, poco rechazada y que vaya en consonancia con lo que demandan lo tiempos.

Danilo asumiría la presidencia del PLD, se dividirían los puestos congresuales y municipales, las posiciones del partido y el gobierno, bajo un esquema de ambos liderazgos empujar unificados esa nueva propuesta de cara al 2020.

Esa mutual perfectamente podrían encarnarla por ejemplo Andrés Navarro como candidato presidencial y Abel Martínez como vicepresidente en un esquema donde ambas corrientes estén representadas por dos de los políticos con mejor perfil del presente y futuro en el PLD.

Aunque muchos entenderán en el entorno del presidente Fernández que el no tiene ningún impedimento para postularse (como en efecto), el problema radica en que no existe una explicación lógica ni sensata para digerir porqué en pleno siglo 21 una persona deba gobernar 20 años en democracia como si no hubiese más nadie con capacidad en un país donde existen tantos hombres y mujeres con condiciones excepcionales.

Soy un hombre de convicciones y estoy convencido de que Andrés Navarro es la persona idónea para encabezar el Tercer PLD, junto a otros hombres y mujeres. Pero si en esta coyuntura fuera imposible materializarlo, soy de los que sin dudarlo se inscribe en la tesis de que para que vuelva Leonel, que continúe Danilo por 4 años más y ahí se cierre el ciclo.

Ojalá la sensatez prime y puedan entender de la manera más inteligente lo que aparentemente todo mundo puede ver menos ellos.


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