No es cambio, es transformación

Por pregoadmin

Por José Elías Hernández Frías


Permítanme iniciar estas líneas haciendo una retrospectiva de lo que fueron las pasadas elecciones presidenciales y congresuales del año 2020, en la cual se habló mucho de cambio, palabra que incluso comenzó a ser vox populi bajo el slogan: ´´el cambio va´´. Expresión, que desde mi punto de vista de simple conocedor de la política entiendo que es un término mal empleado, pues para gobernar necesitamos transformar, no cambiar. Y muchos se preguntarán: y, ¿por qué transformar? La respuesta a dicha incógnita es que durante toda nuestra vida republicana lo que siempre han existido son cambios de gobiernos, cambios de partidos, cambios de actores, en lenguaje llano, lo que dice la salsa de Fania All Star para los más viejos o lo que dice el reggae de Eddie Dee para los más jóvenes: ´´ el quítate tu pa´ ponerme yo…´´.

Con esto no estoy refrendando los actos de corrupción y malas prácticas que se hicieron en los gobiernos anteriores al cambio, pues si de algo estamos conscientes es que el discurso del cambio fue electoralmente exitoso por el hartazgo nacional que teníamos cada uno de los dominicanos, por la impotencia de ver cómo el erario se convirtió en la caja chica de muchos políticos y militares, y de cómo el discurso de lucha contra la contra la corrupción quedó siendo una figura de oropel.   De manera que, motivos y razones suficientes se dieron para que el cambio se produjera, pero ya producido éste, debemos adentrarnos a la transformación.

Porque el problema del cambio es que, al sacar una cosa por otra, se puede caer en el error de eliminar las cosas buenas juntamente con las cosas malas, para ser sustituido por algo desconocido, lo cual requeriría un gasto extra, no presupuestado o que simplemente es una alternativa que no da con la solución a la necesidad o problemática social del momento. Por tales motivos, es hora de hablar de transformación, ya que cuando transformamos rescatamos y mejoramos lo bueno, y enmendamos y modificamos lo que va por mal camino. En resumidas cuentas, el cambio obstaculiza la construcción de políticas públicas a largo plazo, mientras que la transformación las fomenta.

Recordemos que, la oruga para convertirse en mariposa lo hace desde su interior, y es precisamente, lo que hoy en día anhela cada ciudadano: que la República Dominicana sea un país próspero y justo.  Para que esto ocurra, es menester que comencemos a pensar en transformar. Consolidar nuestro Estado Social, Democrático y Derecho, implementar las políticas públicas de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, y cumplir con el principio de continuidad del Estado son vivos ejemplos de lo que es transformación. Lo contrario a esto sería obstinación. Cambiando una pieza por otra, seguiremos viendo casos como los sucedidos recientemente en el Ministerio de la Juventud, en el Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM) y en la Lotería Nacional, los cuales han sido producto de un cambio, no de una transformación.

De ahí que, se entienda que el cambio es reversible, la transformación no (la mariposa, no vuelve a ser oruga), y es por ello, que la transformación es algo más profundo, más determinante, porque nos obliga a pensar en colectivo, así como a progresar desde la óptica del bien común. Sin embargo, el cambio interrumpe el progreso, y nos hace volver al mismo punto de partida, sin soluciones y sin beneficios. En fin, como diría Alejandro Jodorowsky: ´´la palabra “psique” alma en griego, significa también “mariposa”. Nacemos con un gusano de alma, nuestra labor es darle alas y vuelo´´. Queda en nosotros la responsabilidad de exigirle a nuestros políticos y representantes que trabajen para darles alas y vuelo al Estado (oruga), y que no traten de cambiarnos la oruga, por un gusano de otra especie.

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