A pocos días de conmemorarse el Día Mundial de la prevención del suicidio (10 de septiembre) las páginas de los distintos medios del país se llenan nueva vez con la información de otro suicidio, esta vez se trata de Rolando Martínez Martínez, un coronel de la Fuerza Aérea de República Dominicana, quien según sus familiares ya estaba recibiendo tratamiento por depresión.
El años pasado a esta fecha más de 280 personas se habían quitado la vida, una cifra escandalosa y más si se tiene en cuenta que podrían ser más, puesto que aquellos que lo intentan y no lo logran, pero fallecen poco después fruto del intento, no se registran en el sistema, aún así, según la ONE del 2007 al 2018 fallecieron 6781 personas de las cuales el 86.65 eran hombres.
La OPS de hecho se queja de que son pocos los países de la región que cuenten con un adecuado plan de prevención, y aquí no se cuenta con las unidades suficientes de atención a la salud mental, se ha advertido además que está crisis de salud y económica que atraviesa el país podría exacerbar condiciones mentales preexistentes y aumentar las ya de por sí altas cifras de suicidio del país.
Así que el fallecimiento del coronel aunque lamentable podría servir finalmente para atraer la atención del gobierno central sobre un tema que recibe poco apoyo gubernamental, que el sector privado no cubre volviendo el tema impagable para la mayoría.
La depresión es prevenible, es un problema real en la población dominicana, se necesitan más recursos con este fin y se necesitan más unidades de atención mental, dicho no por El Pregonero, si no por el director del área en Salud Pública. Presten atención.