La fragilidad de la Vida

Por pregoadmin

Por Evaristy Jiménez

La vida es un misterio en sí misma, no podemos descubrirla porque su inmensidad es tan absoluta que no puede ser enunciada en una oración o en un significado.

Es por ello que la vida y la muerte son y siguen siendo los misterio de los misterios, en el caso de la vida humana llegamos a ella y no lo sabemos y cuando nos despedimos de ella tampoco sabemos nada, en ambos casos pasa lo mismo, la llegada están los padres y sus amigos y allegados celebrando la llegada de un nuevo miembro al mundo tridimensional y cuando nos llaman al otro plano, pasa lo mismo pero en sentido contrario, no sabes nada y dejas una estela de dolor entre los seres con los que te relacionas y los que procreaste, en fin una multiplicidad de interrogantes que siempre tendremos los simples mortales.

Pero un ser superior o una fuerza o la misma naturaleza en su infinita plenitud nos da todo y en abundancia gratuitamente nos lo entrega todo y las tres cosas básicas son y seguirán siendo libre de costo, los días y las noches y el aire que respiramos estas son vitales para que nuestra existencia tenga posibilidades de manifestarse, siempre hemos escuchado que demos y pidamos hasta que nos duela, precisamente es lo que no hacemos ni pedimos ni damos hasta que nos duela, no pedimos nada porque nos creemos autosuficiente y no damos nada porque entendemos que somos los dueño de lo que tenemos, ambas posiciones son completamente erróneas porque llegamos al mundo sin nada y no podremos tener la oportunidad de disfrutar de nada de lo que dejamos en este plano.

La mayoría de nosotros vivimos de manera egoísta, o en pecado si lo quieren ver religiosamente o filosóficamente son sinónimos ego y pecado. Si queremos hacer un esfuerzo en cambiar lo primero que tendremos que hacer pedir mucho más y dar mucho más teniendo en cuenta que las cosas son de quien la necesita, no importa que tengas muchos juguetes si no tienes con quien jugar, no importa que tengas mucho dinero sino tienes conquien gastarlo, no importa que tengas muchos amigos, si al final duermes acompañado de tu soledad, no importa que tengas todo si al final no tienes nada, por eso demos amor y recibamos ese amor de la misma forma, demos gracias a Dios por la simple y hermosa razón de dar y recibamos con la misma plenitud que damos, veremos lo mágico que es esta fórmula.

Si damos por gracia recibiremos por gracia, si damos por interés, recibiremos por interés, dando a conocer nuestra limitación al prójimo podremos recibir nuestra recompensa por humildad, nadie están grande que no se derribe y nadie están pequeño que no pueda volar…

Evaristy Jiménez. Un simple y frágil mortal.


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