Especuladores y agiotistas están muertos de risa, Pro Consumidor está durmiendo

Por pregoadmin

Por: Carlos Tomás del Pozo


Ahora la palabra “commodities”, es la favorita para justificar el chuchazo de las subidas desproporcionadas de los precios de los artículos de consumo masivo, tales como; alimentos, medicamentos, artículos ferreteros, entre otros.

No estoy desconociendo que las materias primas en el mercado internacional no hayan subido, a lo que me refiero es, que en estos momentos no existe ninguna entidad independiente del comercio que pueda establecer con objetividad que los precios a lo que nos están vendiendo son justos o razonables.

Mientras tanto a Pro Consumidor lo mantienen bajo sedante, ahora habrá que esperar que le despierten, para saber si volverá a caminar con la misma eficiencia y efectividad que antes lo hacía cuando mantenía a raya a los creativos del comercio local.

Para que se entienda mejor; en este momento los dueños del sartén, tienen las manos sueltas para establecer los precios a sus anchas, y el gobierno que debe jugar su rol de ser un ente de equilibrio, luce algo tímido como si no supiera lo que está pasando.

Momentos como estos, le permiten a unos cuantos hacer grandes fortunas, mandan a la quiebra a pequeños competidores y luego terminan monopolizando el mercado.

Después que sacan del mercado a los emprendedores y pequeños comercios, entonces establecen las nuevas reglas del juego y estabilizan los precios, pero ya el daño social y económico está hecho. Nada mal la apuesta, ni la jugada.

De repente, es como si nos encontráramos ante el mito de Sísifo, aquel ensayo filosófico de Albert Camus, originalmente publicado en francés en 1942 como Le Mythe de Sisyphe que cuenta la metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre, por subir la piedra a la montaña una y otra vez.

La subida de los precios de los alimentos, sin importar cuál sea la causa crea un estado de frustración y desasosiego en la gente porque les hace recordar, cada vez que van a la pulpería, colmado, supermercado, o farmacia, que tiene menos dinero en el bolsillo para comprar lo que necesitan para el sustento diario.

Desde hace tiempo, se sabe que en esta isla conviven dos o tres República Dominicana, con sus grandes contrastes y desigualdades, nada sorprendente para políticos que han hecho campaña y que no sufran de Alzheimer.

Todo el que ha hecho, vida política o empresarial en esta isla, sabe muy bien el efecto que causa en la vida cotidiana de los dominicanos y las dominicanas, que viven cerca o bajo de la línea de pobreza; fenómenos como la inflación, el desempleo, la escasez, la especulación y el agiotismo.

Por lo tanto; a los pobres más que explicaciones y excusas, lo que necesitan es que las autoridades pongan en marcha su gran capacidad creativa, para resolver un problema que hasta hace unos pocos días atrás no se tenía, y que la comida entre otros productos, les llegue barata a la gente, no solo a través del INESPRE.


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